Antes de empacar las maletas y pensar en los regalos, vale la pena detenerse un momento y cuidar de lo más valioso: la salud. Los especialistas recomiendan realizar un chequeo médico general al menos dos semanas antes del viaje, especialmente en el caso de adultos mayores, niños o personas con tratamientos crónicos.
Un examen básico de presión arterial, glucosa, niveles de colesterol y chequeo dental puede prevenir imprevistos durante las vacaciones. Si toma medicamentos de forma regular, es importante llevar suficiente cantidad para cubrir toda la estancia, así como copias de las recetas médicas en caso de pérdida o revisión aduanal.
También es fundamental verificar las vacunas requeridas o recomendadas en el país de destino. En algunos lugares tropicales, por ejemplo, se exige vacuna contra la fiebre amarilla o se aconseja protección contra enfermedades transmitidas por mosquitos.
Otro aspecto clave es el seguro médico de viaje. Muchas personas lo pasan por alto, pero un simple accidente o una visita médica en el extranjero puede representar un gasto importante. Las aseguradoras y agencias de viajes ofrecen planes asequibles que garantizan tranquilidad durante la estadía.
Viajar con salud no solo es más seguro, sino también más placentero. Porque el mejor viaje comienza cuando nos sentimos bien para disfrutarlo. Cuidarse antes de volar es la mejor manera de asegurarse de que los días de descanso sean, realmente, de bienestar.











