El gobierno federal anunció un ambicioso plan de construcción de viviendas asequibles que busca dar respuesta a una de las mayores preocupaciones del país: el alto costo de vivir en las grandes ciudades.
La medida, presentada por el ministro de Vivienda, Sean Fraser, tiene como objetivo crear o rehabilitar 150 000 unidades habitacionales en los próximos cinco años, con prioridad en las zonas donde la crisis del alquiler se ha vuelto insostenible.
Toronto, Vancouver y Montreal figuran entre las primeras ciudades beneficiadas del programa, que contará con apoyo directo de los municipios y con incentivos para desarrolladores que garanticen alquileres por debajo del promedio del mercado.
El plan contempla además la simplificación de trámites y permisos de construcción, un fondo para proyectos sostenibles y nuevos créditos fiscales para quienes utilicen tecnologías de eficiencia energética.
“Nadie debería tener que destinar más de la mitad de su salario a pagar la renta”, dijo Fraser al presentar el programa. “Canadá necesita recuperar la idea de que tener un hogar estable y digno no es un privilegio, sino un derecho básico”.
De acuerdo con la Canadian Mortgage and Housing Corporation (CMHC), el país enfrenta un déficit superior a 3.5 millones de viviendas. En Toronto, el alquiler promedio de un departamento de una habitación ya supera los $2,600 al mes, y en Vancouver se acerca a los $3,000.
Economistas y organizaciones comunitarias coinciden en que el plan llega en buen momento, aunque advierten que los resultados no se verán de inmediato. Su éxito dependerá de la colaboración entre los tres niveles de gobierno y de un seguimiento constante para evitar que los fondos se diluyan entre burocracia y demoras.
Aun así, el anuncio ha sido recibido como una señal de esperanza. En medio del aumento del costo de vida y la incertidumbre económica, el acceso a la vivienda vuelve a ocupar el lugar que merece: una prioridad nacional y un compromiso con el bienestar de todas las familias en Canadá.











