Una de las primeras decisiones al comprar una propiedad en Canadá es elegir entre una tasa de interés fija o variable. La elección depende del perfil financiero y del nivel de tolerancia al riesgo de cada comprador.
La hipoteca fija ofrece estabilidad: la tasa de interés se mantiene igual durante todo el plazo (generalmente de 3 a 5 años), lo que permite planificar los pagos sin sorpresas. Es ideal para quienes buscan seguridad y tranquilidad, especialmente en tiempos de incertidumbre económica.
Por otro lado, la hipoteca variable se ajusta de acuerdo con la tasa preferencial de los bancos. Puede ofrecer ahorros si las tasas bajan, pero también implica el riesgo de que los pagos aumenten cuando las tasas suben.
En resumen, quienes valoran la previsibilidad suelen optar por la tasa fija; quienes buscan aprovechar posibles reducciones y tienen margen para asumir variaciones se inclinan hacia la variable











