Rodrigo Díaz M.
Tras más de dos meses de ocurrido aquel famoso episodio en la Casa Blanca entre el presidente de los Estados Unidos Donald Trump, el vicepresidente JD Vance y el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, por fin se ha finiquitado el tan buscado acuerdo entre las dos naciones.
Se espera que el acuerdo dé a los Estados Unidos acceso a los minerales críticos y otros recursos naturales en territorio ucraniano, un acuerdo que Ucrania espera que garantice el apoyo a largo plazo para su defensa contra Rusia.
Según funcionarios ucranianos, la versión del acuerdo que se ha firmado es mucho más beneficiosa para Ucrania que las versiones anteriores, que, según ellos, reducían a Ucrania a un socio menor y otorgaban a a los Estados Unidos derechos sin precedentes sobre los recursos del país.
El acuerdo, que debe ratificar el Parlamento ucraniano, establecería un fondo de reconstrucción para Ucrania que, según esperan las autoridades ucranianas, servirá para garantizar la futura ayuda militar estadounidense.
La firma de acuerdo se produjo durante lo que el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, calificó como una semana “muy crítica” para los esfuerzos liderados por Estados Unidos para poner fin a la guerra, que parecen haberse estancado.
El acuerdo abarca 55 diferentes minerales, pero también otros recursos valiosos, como el petróleo y el gas natural, según el gobierno ucraniano, pero no incluye recursos que ya son una fuente de ingresos para el Estado ucraniano. Las autoridades también han hecho hincapié en que el acuerdo garantiza que la propiedad total de los recursos sigue siendo de Ucrania.
Sin embargo, en el acuerdo no se menciona ninguna garantía de seguridad explícita para disuadir futuras agresiones rusas, algo en lo que Ucrania ha insistido durante mucho tiempo.











