Rodrigo Díaz M.
El presidente de los EE.UU., Donald Trump, dijo que está tomando medidas inmediatas para subir los aranceles al 50% sobre todo el acero y aluminio canadiense, con efecto a partir de mañana miércoles, en represalia por la medida del premier de Ontario, Doug Ford, de imponer un recargo a las exportaciones de electricidad a los estados americanos.
En un par de publicaciones hoy en Truth Social, Trump expresó su furia por la medida de Ontario de encarecer la electricidad, una medida que se tomó como represalia contra los aranceles estadounidenses pendientes y duplicó su propia sanción a los metales canadienses.
El presidente estadounidense había prometido anteriormente imponer aranceles del 25% al acero y al aluminio de Canadá, y la última amenaza significa que esos metales canadienses se enfrentarán a un arancel duplicado del 50%.
Trump exigió a Canadá que eliminara lo que él llama aranceles agrícolas antiamericanos sobre los productos lácteos, que están legalmente vigentes en virtud del acuerdo de libre comercio entre Canadá, Estados Unidos y México.
Y dijo que “aumentará sustancialmente” el arancel (anteriormente amenazando con un 25%) sobre los automóviles fabricados en Canadá que entran en Estados Unidos, lo que, según él, “esencialmente, cerrará permanentemente el negocio de la fabricación de automóviles en Canadá”.
Trump repitió de nuevo su afirmación de que Estados Unidos está “subsidiando” a Canadá con 200 billones de dólares al año, una afirmación que ha hecho llamándolo déficit comercial con Canadá, cuando en realidad los datos estadounidenses muestran que el déficit comercial es de unos 63 billones de dólares, y una vez que se eliminan las exportaciones de energía de la ecuación, Estados Unidos tiene un superávit comercial de bienes con Canadá.
En otras palabras, en general, sin contar el petróleo y el gas, los estadounidenses venden más a Canadá de lo que Canadá vende a Estados Unidos.