Rodrigo Díaz M.
Los votantes croatas han reelegido a Zoran Milanovic para un segundo mandato, tras obtener casi tres cuartas partes de los votos emitidos en las elecciones presidenciales del país.
El resultado ha sido desastroso para su oponente, Dragan Primorac, que contaba con el apoyo del partido gobernante, la Unión Democrática Croata (HDZ), de centro-derecha. Primorac obtuvo el 25% de los votos, el peor resultado de la historia de la fuerza política más poderosa de Croacia.
En Croacia, los presidentes desempeñan un papel en gran medida ceremonial: la Constitución insiste en que no deben ser una figura partidista, sino actuar como jefes de estado para todos los ciudadanos.
Milanovic ha criticado con frecuencia al partido gobernante en temas como la corrupción, la inflación y la sanidad. Aunque condenó la invasión rusa de Ucrania, también ha criticado con frecuencia el apoyo militar de Occidente a Kiev.
Antes de convertirse en presidente, Milanovic fue primer ministro de Croacia del 2011 al 2016, y dirigió el Partido Socialdemócrata (SDP) de centro-izquierda del 2007 al 2016.
El año pasado participó brevemente en las elecciones parlamentarias del país anunciando que se presentaría como candidato a primer ministro, pero un tribunal lo declaró inconstitucional.
En respuesta, acusó a los jueces de estar a las órdenes de la HDZ, “la camarilla de gángsters”, según sus propias palabras. El partido gobernante, el HDZ, ha sido el partido dominante desde que Croacia obtuvo la independencia hace más de 30 años.