Rodrigo Díaz M.
Han sido otras 24 horas llenas de acontecimientos en la política canadiense. El ex jefe del Banco de Canadá, Mark Carney, y la ex ministra federal de finanzas, Chrystia Freeland, han presentado oficialmente sus candidaturas para ser el próximo líder del Partido Liberal y primer ministro de Canadá. Carney inició ayer su campaña en un acto celebrado en Edmonton, en el que ofreció un discurso centrado en la economía y en el que destacó su buena fe en este ámbito. Freeland, por su parte, lo ha hecho oficial esta mañana en las redes sociales, señalando que la fiesta oficial de presentación tendrá lugar el domingo.
Carney tuvo una carrera intachable en las finanzas mundiales que le llevó a fijar las tasas de interés nacionales como director del Banco de Canadá y, más tarde, del Banco de Inglaterra.
Al menos 10 diputados liberales ya habían respaldado las ambiciones de liderazgo de Freeland en los días previos a que anunciara oficialmente su candidatura. Entre ellos figuran el ministro de Sanidad, Mark Holland, y el ex ministro de Trabajo, Randy Boissonnault.
Cualquiera que gane, Carney o Freeland u otro candidato, se convertiría en primer ministro sin tener que ser votado en el Parlamento, lo que supondría una situación incómoda, aunque no carente de precedentes en la política canadiense. Y es probable que sea un punto discutible, ya que este Parlamento se acerca al final de su vida útil y se espera ampliamente una elección posiblemente sólo unas pocas semanas después de la elección de liderazgo.
El Partido Liberal decidirá su nuevo líder el 9 de marzo.