Rodrigo Díaz M.
El Senado australiano ha aprobado una prohibición de las redes sociales para menores de 16 años, que pronto se convertirá en una ley pionera en el mundo.
La ley hará que plataformas como TikTok, Facebook, Snapchat, Reddit, X e Instagram sean responsables de multas de hasta 50 millones de dólares australianos (45,5 millones de dólares canadienses) por fallos sistemáticos a la hora de evitar que los menores de 16 años tengan cuentas en redes sociales.
El Senado aprobó la ley por 34 votos a favor y 19 en contra. La Cámara de Representantes aprobó por abrumadora mayoría la legislación por 102 votos a favor y 13 en contra.
La Cámara aún tiene que respaldar las enmiendas de la oposición presentadas en el Senado. Pero se trata de una formalidad, puesto que el Gobierno ya ha aceptado que se aprueben.
Las plataformas tendrán un año para estudiar cómo aplicar la prohibición antes de que se apliquen las sanciones.
Las enmiendas refuerzan la protección de la privacidad. Las plataformas no podrán obligar a los usuarios a presentar documentos de identidad expedidos por el gobierno, como pasaportes o licencias de conducir, ni podrán exigir identificación digital a través de un sistema gubernamental.
Los detractores de la legislación temen que prohibir el acceso de los niños a las redes sociales afecte a la privacidad de los usuarios, que deben demostrar que son mayores de 16 años.
Aunque los principales partidos apoyan la prohibición, a muchos defensores del bienestar infantil y la salud mental les preocupan las consecuencias imprevistas.
Los críticos sostienen que el gobierno intenta convencer a los padres de que protege a sus hijos antes de las elecciones generales de mayo. El gobierno espera que los votantes le recompensen por responder a las preocupaciones de los padres sobre la adicción de sus hijos a las redes sociales. Algunos sostienen que la legislación podría causar más daño del que previene.
Las críticas incluyen que la legislación fue aprobada apresuradamente por el Parlamento sin el escrutinio adecuado, es ineficaz, plantea riesgos para la privacidad de todos los usuarios y socava la autoridad de los padres para tomar decisiones por sus hijos.
Los detractores también argumentan que la prohibición aislaría a los niños, les privaría de los aspectos positivos de las redes sociales, les conduciría a otros lugares más peligrosos en la internet, disuadiría a los niños demasiado jóvenes para las redes sociales de denunciar daños y reduciría los incentivos para que las plataformas mejoren la seguridad en línea.