Por Raúl A. Pinto
El bueno de Sean Baker, conocido por explorar las vidas de personas marginadas con realismo compasivo, regresa con “Anora”, dramedia romántica, escrita y editada por él mismo. Tras ganar la prestigiosa Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes 2024 y de haber causado furor en el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), se estrenó en cines a fines de octubre con gran éxito. Protagonizada por Mikey Madison y Mark Eydelshteyn y un elenco extraordinario, la película ha recaudado 20 millones de dólares hasta la fecha, convirtiéndose en la película más exitosa de Baker hasta la fecha.
La historia sigue a Ani Mikheeva, bailarina exótica del barrio de Brighton Beach, en Brooklyn, Nueva York, quien mantiene una loca relación con Vanya Zakharov, el inmaduro hijo de un millonario ruso. Luego de comenzar a salir por conveniencia, ambos se apasionan por el otro rápidamente. Una sucesión de eventos ocurre entonces: bodas impulsivas, familias aproblemadas y un viaje nocturno tipo road movie por Brooklyn, equilibrando humor con momentos de gran intensidad emocional, hasta un típico desenlace seanbakereano.
En el centro de todo esto tenemos a los magníficos Mikey Madison y Mark Eydelshteyn. Madison, en particular, brilla fuerte como Ani, con una mezcla de fuerza, vulnerabilidad y determinación que fascina cada vez que está en pantalla. Eydelshteyn interpreta a Vanya como un personaje complejo y contradictorio, oscilando entre la arrogancia y la inseguridad y dándole una perfecta réplica a la caótica Ani.
Baker demuestra una vez más su maestría como director, elevando su trabajo en “Tangerine”, “Florida Project” y la complicada “Red Rocket”, equilibrando hábilmente el ritmo frenético de la trama con los momentos introspectivos precisos para sacar a la luz las verdaderas motivaciones de los personajes. Aquí inserta un poco más de metraje a las clases más altas, o al menos de mayor ingreso económico, interactuando con sus queridos marginales, en una crítica velada, o indirecta, al capitalismo.
Por segunda vez, Drew Daniels trabaja en la fotografía de un film de Baker, luego de colaborar en “Red Rocket”. Pero aquí Daniels se acerca más a su trabajo en la serie “Euforia”, dando una inusual mirada a la vida nocturna del popular barrio neoyorkino que funciona de forma excelente, así como a la intensa mansión Zakharov. “Anora” es toda una experiencia fascinante sobre el poder, el amor y la supervivencia, y nos deja con ganas de ver que más nos trae Sean Baker en el futuro. Disponible en salas.
“Here”, junta al cuarteto que logró dar vida al clásico “Forrest Gump” en 1994: Robert Zemeckis dirige, Eric Roth escribe, y Tom Hanks con Robin Wright, protagonizan. El director ha presentado la que podría ser su obra más ambiciosa y experimental hasta la fecha (y conste que nunca ha dejado de experimentar, desde la trilogؙía “Volver Al Futuro”, hasta “¿Quién engañó a Roger Rabbit” y “El Expreso Polar”, entre otras), pero eso no necesariamente la convierte en el éxito que todos esperábamos.
“Here” intenta capturar la esencia de la novela gráfica de Richard McGuire publicada en 1989 y expandida en 2014, saltando entre múltiples épocas y superponiendo imágenes como si estuviera hojeando las páginas de un cómic. Siempre en el mismo lugar, y desde el mismo ángulo.
La historia principal sigue a una familia estadounidense típica: Al, un vendedor con problemas de alcoholismo, y Rose, su esposa, compran una casa en los años 50. Juntos crían a sus hijos en un ambiente marcado por las dificultades laborales y los traumas de posguerra de él. Este conflicto familiar – convencional y predecible- sí logra sostener una estructura narrativa decente, a pesar de ser melodramática y abiertamente manipuladora, ofreciendo algunos momentos de conexión emocional que, hasta ahí, funcionan.
Encima de esto, la película muestra a distintas generaciones que habitaron o pasaron por ese espacio a lo largo de siglos. Zemeckis mantiene la cámara fija limitando el movimiento de los personajes y la variedad de los planos. Esto se compensa con gran creatividad en encuadres y superposiciones visuales. Y aquí parten los problemas, pues el resultado visual termina siendo caótico hasta la saciedad, y las técnicas de efectos digitales para mostrar el paso del tiempo, incluyendo el inevitable rejuvenecimiento y envejecimiento de actores como Tom Hanks y Robin Wright, resultan incómodas y poco convincentes.
Como “Here” intenta abarcar demasiadas historias en diferentes épocas, a veces vemos a personajes de otras épocas que apenas tienen desarrollo en pantalla, como la pareja de indígenas no-verbales en el siglo XVII, hasta un inventor de la famosa silla reclinable La-Z-Boy en los 70. Aunque estos fragmentos buscan aportar una capa adicional de profundidad al tema de la permanencia en el tiempo, terminan distrayendo y diluyendo la narrativa central. Especialmente cuando se involucra a personas de color con poco y nada de profundidad, casi se atrevería uno a decir que lo hicieron para cumplir “la cuota” de mostrar personajes diversos y no ser criticados.
Quizás el error más grande de Zemeckis y su guionista Eric Roth radica en su falta de sutileza, algo que en “Forrest Gump” funcionaba bastante bien, al poner a un personaje viviendo a través de la historia, pero acá no termina de incomodar nunca. Justo cuando se ve interesantísimo, nos vamos en el tiempo y el espacio. Y el aburrimiento. La inteligencia que se inyecta en los paralelismos termina estorbando al no llegar a nada.
“Here”, a pesar del intento, y del amor hacia el cuarteto descrito, a pesar de ser una apuesta ambiciosa y audaz, tiene un resultado final que no justificar la envergadura del proyecto. Aun puede resultar interesante para usted, si le gusta la historia, y no es demasiado exigente en ver una historia de Hallmark con alto presupuesto. Disponible en salas.