Rodrigo Díaz M.
Los pilotos de Air Canada que estuvieron a punto de declararse en huelga el mes pasado han ratificado un nuevo convenio colectivo con la aerolínea.
La ratificación, que según informó la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (ALPA) en un comunicado fue aprobada por el 67% de los miembros que votaron, garantiza a los pilotos un contrato hasta el 2027 que incluye “significativos” aumentos salariales y “mejoras en la calidad de vida”.
“Este contrato es el mayor acuerdo laboral de la historia de Air Canada y refleja las contribuciones que nuestros pilotos aportan al éxito de nuestra aerolínea”, dijo en el comunicado Charlene Hudy, primera oficial y presidenta del consejo ejecutivo principal de Air Canada ALPA.
El sindicato, que representa a más de 5.200 pilotos de Air Canada, había amenazado con abandonar el trabajo el mes pasado tras el estancamiento de las conversaciones sobre el contrato, lo que podría haber alterado los planes de viaje de miles de pasajeros.
Los términos del acuerdo no se han hecho públicos, pero según una copia del resumen ejecutivo, los pilotos obtendrán un aumento salarial acumulativo de aproximadamente el 41,7% en cuatro años.
El aumento salarial se retrotraerá al 30 de septiembre del 2023, con un incremento promedio del 26%, seguido de incrementos del 4% cada año hasta el 2026, según el documento.
ALPA ha dicho que el nuevo contrato generará aproximadamente 1.9 billones de dólares adicionales de valor para los pilotos de Air Canada en cuatro años.
En un comunicado, Air Canada acogió con satisfacción la ratificación del acuerdo.
“Estamos muy contentos de que este nuevo convenio colectivo haya sido aprobado por nuestro grupo de pilotos”, dijo el presidente y consejero delegado Michael Rousseau. “El acuerdo es mutuamente beneficioso y mantendrá a nuestros pilotos como los mejor compensados de Canadá y les proporcionará las mejoras en la conciliación de la vida laboral y familiar que estaban buscando”.
En vísperas de la fecha límite para la huelga, las dos partes afirmaron que seguían muy distanciadas en la cuestión salarial, que era fundamental en las negociaciones que se habían prolongado durante más de un año.
El gobierno federal se negó a intervenir en el conflicto laboral, a pesar de haber forzado el fin de un paro ferroviario el mes anterior, aunque el ministro federal de trabajo, Steve MacKinnon, había hecho un llamamiento tanto a la aerolínea como al sindicato para llegar a un acuerdo, destacando las repercusiones económicas y para los consumidores de un paro laboral.