Lourdes y Adolfo, dos personas con enfermedad renal crónica que precisan diálisis, se han lanzado a recorrer el Camino de Santiago en España con el sistema de hemodiálisis domiciliaria transportable.
“La principal ventaja de este dispositivo, denominado NxStage, frente a otros sistemas para hacer la diálisis en casa es su simplicidad. No necesita ninguna instalación en el domicilio y, por ese motivo es más transportable. Además, es más pequeño y menos pesado”, comenta Rafael García Maset, vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Nefrología.
“Puedes guardarlo en el maletero del coche y hacerte la diálisis en un hotel o en tu segunda residencia”, añade.
En este sentido, Adolfo señala que este dispositivo le ha dado mucha libertad. “Me siento menos enfermo solo por el hecho de no tener que esperar las ambulancias ni depender tanto del hospital”, destaca.
Lourdes también se siente contenta con este sistema. “Te involucras mucho. Ya no eres una mera espectadora, eres tu propia enfermera”, afirma.
ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA
Lourdes y Adolfo padecen enfermedad renal crónica, una patología que se produce cuando los riñones dejan de realizar sus funciones y son incapaces de fabricar orina o de eliminar a través de la orina los deshechos del cuerpo.
“Se trata de una enfermedad muy prevalente, cuyas principales causas son la hipertensión y la diabetes”, explica el doctor García Maset. El especialista apunta que un reto para los nefrólogos es detectar la enfermedad en situación precoz y poder atender a los pacientes desde ese momento, para evitar que la enfermedad progrese y así impedir que lleguen al punto de necesitar diálisis.
“Controlando lo mejor posible la hipertensión, la diabetes y otros factores de riesgo cardiovascular como la dislipemia, la hiperuricemia, la obesidad, la microalbuminuria y dejando de fumar, se podría evitar que la insuficiencia renal crónica progresara y lograr que se quedara en la situación en la que estaba en el momento del diagnóstico”, indica.
Sin embargo, uno de los principales problemas es que esta enfermedad no presenta síntomas hasta que se encuentra muy avanzada. “Además, la sintomatología es relativamente inespecífica, como sensación de náuseas, vómitos, picor en la piel o más cansancio de lo habitual y la gente no los asocia con el riñón”, aclara el nefrólogo.
Por todo ello, recomienda acudir periódicamente al médico para someterse a controles de salud y así poder detectar la enfermedad a tiempo.
No obstante, cuando la enfermedad ha progresado y los riñones ya no funcionan correctamente, el paciente necesita terapia renal sustitutiva, es decir, trasplante renal o diálisis.
DIÁLISIS
La diálisis es un proceso artificial mediante el que se filtran los productos de desecho y se elimina el exceso de líquidos del organismo. “Se trata de una técnica basada en principios físico-químicos. Por un lado está la sangre con todo el acúmulo de toxinas. Por otro, un líquido limpio, el líquido de diálisis. Si colocamos entre ellos una membrana semipermeable se va a producir el paso de toxinas de donde hay más cantidad a donde hay menos, es decir, de la sangre al líquido de diálisis”, detallan los especialistas de la española Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha Contra las Enfermedades del Riñón (ALCER).
Existen varios tipos de diálisis. La más habitual es la hemodiálisis, que consiste en hacer pasar la sangre del paciente por una membrana artificial llamada dializador y devolverla al cuerpo limpia de toxinas.
Por lo general, los pacientes que siguen un tratamiento de hemodiálisis acuden a un centro de diálisis o a un hospital, aunque también hay dispositivos que permiten someterse a hemodiálisis en el propio domicilio.
Otro tipo de diálisis es la peritoneal, que se aplica siempre en el domicilio del paciente. En este caso se utiliza como dializador el propio peritoneo del paciente, la membrana que recubre las paredes y las vísceras de la cavidad abdominal.
“Requiere la implantación de un catéter peritoneal, es decir, un tubito de plástico dentro del abdomen a través del que infundimos una solución que mantenemos dentro de la barriga. A través del peritoneo, la sangre del paciente entra en contacto con ese líquido y se produce un intercambio de sustancias.
Así, se limpia la sangre, se extrae ese líquido y se pone otro. Esto se hace cuatro veces al día. Es una diálisis continua”, detalla el doctor García Maset.
El nefrólogo aclara que hay distintas opciones para los pacientes que deben someterse a diálisis: la hemodiálisis en el centro de diálisis o en el hospital, la hemodiálisis en el domicilio o la diálisis peritoneal que es siempre domiciliaria.
UN NUEVO DISPOSITIVO
NxStage, el dispositivo que utilizan Adolfo y Lourdes, es una máquina de hemodiálisis domiciliaria, un sistema que permite hacer diálisis cortas diarias.
La diálisis en el hospital suele hacerse tres veces a la semana en sesiones de unas cuatro horas. “El paciente que viene el lunes suele repetir miércoles y viernes. Y el paciente que viene el martes suele repetir jueves y sábado”, detalla el doctor García Maset.
“Con el NxStage los pacientes se hacen diálisis todos los días de la semana menos uno. Pero en vez de ser sesiones de cuatro horas, son de dos horas o dos horas y media. Además, la diálisis diaria es menos agresiva que la que se hace un día sí y otro no”, apunta.
Del mismo modo, Adolfo asegura que esta técnica es más suave. “No es lo mismo que intentar quitar todas las toxinas acumuladas durante dos días en una sesión de cuatro horas en el hospital”, asegura.
Adolfo solo lleva un mes utilizando este dispositivo y afirma que se siente mucho mejor. “He retomado la bicicleta, algo que no pensaba que pudiera volver a hacer”, dice con alegría.
Lourdes al principio encontraba “un poco lioso” el montaje de la máquina y no creía que pudiese adaptarse a ella. Pero, tras el mes de prácticas, empezó a ser como “coser y cantar”.
Lleva utilizándola desde el pasado mes de septiembre y ha podido pasar los fines de semana en su casa de la sierra.
Para Adolfo, en cambio, el camino de Santiago es el primer viaje en mucho tiempo. En los últimos siete años, más allá de pasar uno o dos días en un balneario, apenas ha podido salir. Pero confía en que todo siga bien y, en adelante, pueda cargar su máquina en el coche y marcharse “una semana a cualquier sitio”.
Ilusionado ante el reto que está viviendo, Adolfo anima a otros enfermos renales a que se involucren y cojan “la enfermedad por los cuernos”. Asegura que no hay que agobiarse “porque hoy en día tenemos avances y tecnologías que te ayudan a salir adelante y a sentirte mejor”.
Purificación León
EFE-REPORTAJES