Rodrigo Díaz M.
El ejército israelí dijo el domingo que había matado a Nabil Kaouk, otro alto cargo de Hezbolá, un día después de que el grupo militante libanés confirmara la muerte de varios comandantes, entre ellos su antiguo líder, Hassan Nasrallah.
Mientras tanto, el número de personas desplazadas por el conflicto del sur del Líbano se ha más que duplicado y asciende ya a más de 211 mil, según Naciones Unidas.
Hezbolá e Israel han intercambiado ataques casi diarios desde que comenzó la guerra entre Israel y Hamás, después de que el grupo militante palestino con base en Gaza irrumpiera en Israel hace casi un año, el 7 de octubre, desatando el temor a una guerra regional.
La muerte de Kaouk representa el séptimo alto mando de Hezbolá asesinado en poco más de una semana. Era jefe adjunto del Consejo Central de Hezbolá. También fue comandante militar de Hezbolá en el sur del Líbano desde 1995 hasta 2010.
En el 2020, el departamento del tesoro de Estados Unidos sancionó a Kaouk y a otro miembro del consejo de Hezbolá, Hassan al-Baghdadi.
El ejército israelí dijo que mató a Kaouk en un ataque en un suburbio del sur de Beirut el sábado. Hezbolá confirmó la muerte el domingo.
Un alto funcionario de la Casa Blanca afirma que Israel ha “aniquilado” la estructura de mando de Hezbolá con un aluvión de ataques aéreos, pero advirtió de que el grupo militante trabajará para reconstruirse rápidamente.
El portavoz de seguridad nacional, John Kirby, afirmó que “intentarán recuperarse. Estamos pendientes de lo que hagan para intentar llenar este vacío de liderazgo”.
Refiriéndose al ataque que mató al líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, Kirby dijo: “Creo que la gente está más segura sin él caminando por ahí”.
La Casa Blanca sigue pidiendo a Israel y Hezbolá que acuerden un alto el fuego temporal de 21 días, propuesto por Estados Unidos, Francia y otros países la semana pasada, pero rechazado por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.