Susana Donan
Los compradores de vivienda canadienses podrían tener que luchar durante una década para volver a encontrar un mercado inmobiliario asequible. A pesar del descenso gradual de las tasas de interés, la combinación de los elevados precios de la vivienda y el estancamiento del poder adquisitivo probablemente mantendrá el sueño de la vivienda propia fuera del alcance de muchos por varios años.
Los economistas advierten que, aunque se espera que el Banco de Canadá siga recortando las tasas de interés, esto no será suficiente para resolver la crisis de asequibilidad, un problema que ha mermado la popularidad del primer ministro Justin Trudeau a medida que se acercan las próximas elecciones federales.
A la escalada de los precios de la vivienda, cuyo costo promedio ha aumentado más de un 30% desde abril del 2020, se han sumado las anteriores subida de las tasas de interés.
Debido a esto, muchos canadienses se han visto excluidos del mercado, especialmente en grandes ciudades como Toronto y Vancouver, ya que la inmigración ha disparado la demanda.
Aunque las tasas hipotecarias empiezan a bajar, la actual tasa fijo a cinco años se sitúa en torno al 4,75%, 150 puntos básicos menos que el año pasado, pero sigue siendo demasiado alta para que la mayoría de los compradores vuelvan a entrar en el mercado.
La asequibilidad viene determinada por los precios de la vivienda, las tasas de interés y los ingresos, y para los posibles compradores, estos factores han cambiado desfavorablemente desde que empezó la pandemia.
Las cuotas mensuales de una hipoteca fija a cinco años siguen siendo un 40% más altas que en enero del 2020, según cálculos basados en los precios promedio de la vivienda de la Asociación Canadiense de Bienes Raíces (CREA). Mientras tanto, los ingresos reales de los hogares sólo han aumentado un 2,3% en el mismo periodo.
Para que la asequibilidad de la vivienda vuelva a los niveles anteriores a la pandemia, los expertos estiman que los precios de la vivienda tendrían que bajar al menos un 10% y los costos de los intereses hipotecarios tendrían que reducirse a la mitad.
En Toronto, a menudo considerado un indicador clave del mercado inmobiliario canadiense, la venta de viviendas se encuentra en su nivel más bajo en 20 años debido a unos precios inasequibles.
Si bien los recortes de las tasas de interés pueden dar lugar a una mayor actividad, muchos compradores aún se enfrentan a tasas hipotecarios de entre el 6% y el 7%, sobre todo los que tienen perfiles de riesgo más elevados. Esto es inasequible para la mayoría.
El gobierno ajustó recientemente las normas hipotecarias, permitiendo a los compradores primerizos y a los que adquieren viviendas nuevas suscribir préstamos con amortizaciones a 30 años en lugar de los 25 años habituales.
Aunque la intención era reducir las cuotas mensuales, la medida podría impulsar aún más la demanda y hacer subir los precios. La ministra federal de finanzas, Chrystia Freeland, no estuvo de acuerdo y afirmó que la medida animaría a los constructores a aumentar el número de viviendas finalizadas para satisfacer la creciente demanda.