Rodrigo Díaz M.
La reciente racha de noticias económicas positivas ha hecho que el gobierno liberal, que desde hace tiempo se enfrenta a una crisis de asequibilidad en Canadá, lo celebrara en la Cámara de los Comunes.
La ministra federal de economía, Chrystia Freeland, recibió el informe de inflación de agosto como una “buena noticia para los canadienses” y la “luz al final del túnel» tras años de subida de precios y trastornos en la economía relacionados con la pandemia.
Sin embargo, expertos afirman que centrarse en la inflación y los recortes de las tasas de interés puede ignorar el dolor económico que se cierne sobre los canadienses a la vuelta de la esquina, pues es importante recordar que lo que estamos viendo en términos de inflación y recortes de las tasas de interés es el resultado del debilitamiento de la economía canadiense.
Cuando la inflación se aleja del objetivo del 2% fijado por el Banco de Canadá, el banco central eleva su tasa de interés oficial para frenar el crecimiento desenfrenado de los precios.
Unas tasas de interés más altas aumentan el costo de los préstamos para los canadienses, las empresas y los gobiernos. Esto desincentiva las grandes compras y fomenta el ahorro, lo que ralentiza la economía y da tiempo a que se acumule la oferta mientras disminuye la demanda.
Según todos los indicios, eso es lo que está ocurriendo. El gasto de los consumidores y la inversión de las empresas se han ralentizado, y la producción económica de Canadá está muy por debajo de la tendencia.
En siete de los ocho últimos trimestres, la economía canadiense se ha contraído por habitante, lo que refleja tanto el débil crecimiento global como el aumento de la población.
El rápido crecimiento de la población activa también ha elevado la tasa de desempleo al 6,6%, el nivel más alto de los últimos siete años sin contar la pandemia, a pesar de que se han perdido relativamente pocos puestos de trabajo a medida que la economía se ralentizaba.
Las consecuencias de los cambios en los tasas de interés pueden tardar entre un año y 18 meses en ser plenamente absorbidos por la economía. En otras palabras, es probable que los efectos moderadores que ayudaron a contener la inflación persistan incluso cuando futuros recortes de tasas de interés sigan materializándose.