Rodrigo Díaz M.
El gobierno del estado de São Paulo ha creado un gabinete de crisis para hacer frente a los incendios forestales que han puesto en alerta a 30 ciudades brasileñas.
Las llamas han matado a dos personas y el humo ha interrumpido el tráfico en una docena de autopistas, mientras que la capital, São Paulo, está envuelta en una neblina gris.
El aumento de las temperaturas y la baja humedad están avivando las peligrosas condiciones del fuego en el estado, que ha sufrido una prolongada sequía.
El gobierno local dijo que dos empleados de una planta industrial en la ciudad de Urupes habían muerto el viernes mientras luchaban contra un incendio.
Brasil ha sufrido recientemente un enorme incendio forestal en los humedales del Pantanal y grandes inundaciones en el estado de Rio Grande do Sul.
El gobierno del estado también ha advertido de que los incendios forestales podrían propagarse rápidamente a causa de las ráfagas de viento, pudiendo arrasar grandes extensiones de vegetación natural.
En las redes sociales, el gobernador Tarcísio de Freitas declaró: “Actualmente tenemos 30 ciudades en alerta máxima por grandes incendios y estamos trabajando para controlar la situación y garantizar la seguridad”.
Mientras tanto, la capital del estado, São Paulo, ha quedado cubierta por una densa niebla gris. “Con ráfagas de viento, el fuego puede propagarse rápidamente”, advirtió el gobierno en un comunicado. “Los incendios emiten humo denso y tóxico que perjudica el medio ambiente y la salud humana, causando problemas al sistema respiratorio y trastornos cardiovasculares”.
La situación era crítica en São José do Rio Preto, una ciudad de 480 mil habitantes, donde se han registrado más de 335 incendios en los últimos días, lo que ha provocado el cierre de escuelas.
Brasil se ha visto afectado por una serie de fenómenos meteorológicos extremos, el último de los cuales fue un enorme incendio forestal en los humedales del Pantanal en junio.
En aquel momento, los expertos en clima afirmaron que la temporada de incendios forestales de este año había comenzado antes y era más intensa que en años anteriores.
A principios de año, en mayo, Brasil sufrió unas inundaciones sin precedentes en el estado de Rio Grande do Sul, que causaron más de 170 muertos y desplazaron de sus hogares a más de medio millón de personas.