Rodrigo Díaz M.
El gobierno de Brasil expulsó a la embajadora de Nicaragua en represalia por una medida similar adoptada por el presidente del país centroamericano, Daniel Ortega.
El ministerio de relaciones exteriores de Brasil dijo que había decidido expulsar a la embajadora nicaragüense Fulvia Patricia Castro Matu en “aplicación del principio de reciprocidad a la medida adoptada por el gobierno nicaragüense sobre el embajador brasileño en Managua”. El comunicado del ministerio señala que el embajador de Brasil, Breno da Costa, ya ha abandonado el país.
El gobierno de Nicaragua dijo que tanto la embajadora nicaragüense como el brasileño han dejado sus cargos, pero no mencionó que fueron echados ni detalló las razones de esas medidas.
El distanciamiento entre Ortega y el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dos antiguos aliados, se ha acentuado en el último año.
Según fuentes diplomáticas de Brasilia, el gobierno de Nicaragua protestó hace dos semanas por la ausencia de da Costa en las celebraciones del 45 aniversario de la revolución sandinista de Nicaragua, abriendo el camino para expulsar al embajador. Ortega, a quien sus críticos ven como un líder autoritario, fue guerrillero en ese movimiento.
Lula, que anteriormente apoyó la presidencia de Ortega, se alejó de Ortega después de que el líder nicaragüense ignorara una petición del Papa Francisco para detener la represión contra los clérigos católicos en la nación centroamericana.
Amnistía Internacional denunció en abril que el gobierno de Ortega había detenido arbitrariamente al menos a 119 personas, entre ellas el obispo católico Rolando Álvarez, por supuesta conspiración y difusión de información falsa.
Brasil ha congelado las relaciones con el país centroamericano. Eso significa que no hay visitas ni reuniones entre dirigentes y diplomáticos de los dos países.