“Todo lo que somos, sentimos y pensamos parte de nuestro cerebro. Si este es el único órgano del cuerpo que no se desgasta con el uso, ¿por qué no entrenarlo cada día para sacarle el máximo partido?” reflexiona Marta Romo, licenciada en Pedagogía, experta en neurociencia aplicada al liderazgo y la creatividad y directora de Be-Up (www.be-up.es), empresa especializada en proyectos de innovación y liderazgo.
Para Romo, autora del libro “Entrena tu cerebro”, una de las claves más sencillas para ayudar a que nuestra materia gris consiga un alto rendimiento, y en definitiva, para ser más eficientes y vivir mucho mejor, consiste en “conocer las cinco principales ondas del cerebro y crear rutinas que den espacio a cada una de ellas para lograr el equilibrio”.
“En la década de 1920 el neuropsiquiatra alemán Hans Berger descubrió las ondas cerebrales, es decir las distintas señales eléctricas producidas por el cerebro y cuya frecuencia o velocidad de impulso y voltajes, varían en relación con diferentes estados de consciencia y actividades mentales”, explica Romo.
¿Cuáles son y en qué consisten las principales señales bioeléctricas? Romo responde: “las ondas Beta son las más comunes en el estado de vigilia. Se relacionan con la atención focalizada y el pensamiento activo. Nuestra atención se centra en el mundo externo, en lo que está pasando a nuestro alrededor”.
Estas ondas “también se activan en los estados de alerta, cuando nos mantenemos, por ejemplo, en el trabajo, es decir, con actividades que potencian nuestros niveles de estrés”, añade.
“Por su parte las ondas cerebrales Gamma, que provocan mayor actividad mental y lucidez. Son las de la intuición y la creatividad y se dan cuando estamos muy concentrados”, indica esta experta.
“Si embargo, para ser creativos e intuitivos necesitamos entrar en estados de tranquilidad y haber experimentado previamente las ondas Alfa, que se dan en un estado que podríamos describir como lucidez relajada”, de acuerdo a Romo.
“Nuestro cerebro en este momento está conectado con nuestro interior y ya no está pendiente de lo que sucede a nuestro alrededor. Cuando visualizamos una situación, pensamos en el futuro, si cerramos los ojos y nos relajamos…se producen las ondas Alfa”, completa la experta.
“Por último, las ondas Theta se asocian a la somnolencia y aparecen cuando empezamos a dormir por lo que, a menudo, están acompañadas por sueños y, cuando llegamos al estado de sueño profundo, aparecen las ondas Delta”, señala a Efe.
Según Romo, para aprovechar las Beta, Gamma, Alfa, Theta y Delta en beneficio de nuestro bienestar y eficacia, tenemos que crear rutinas que den espacio a cada una de estas ondas de forma equilibrada y, para lograrlo, “lo importante es la flexibilidad que tengamos para pasar de una onda a otra, ya que nuestro cerebro siempre está produciendo múltiples ondas al mismo tiempo”.
LOS SIETE COLORES DEL ARCOIRIS MENTAL
“Nuestra habilidad para hacer cualquier cosa está relacionada con la combinación de este quinteto de ondas y lo eficientes que seamos dependerá de nuestra flexibilidad. El problema aparece cuando una onda empieza a dominar sobre el resto, y esto es lo que está provocando la vida moderna”, advierte.
Según la directora de Be-Up, “el estrés obliga a nuestro cerebro a permanecer en el patrón de ondas Beta, que son las propias de los estados de alerta. Por tanto, es importante ser conscientes de que debemos fomentar la diversidad de acciones para impactar en el cambio de onda”.
“Y esta diversidad es la que promueven los doctores David Rock y Daniel J. Siegel para diseñar rutinas que produzcan ondas diferentes”, destaca.
“Deberíamos integrar en nuestro día a día las siete actividades que potencien las diferentes ondas y que pueden reflejarse en la llamada “agenda arcoiris”, ya que si representamos en nuestra agenda cada actividad con uno de los siete colores, podemos comprobar si todos están en nuestra vida diaria”, propone.
Según Romo estas siete claves son: dormir lo suficiente (violeta); dedicar un tiempo a no hacer nada y permitir que el cerebro de vueltas sin objetivo (añil); tener momentos de reflexión, enfocándonos en nuestras sensaciones y pensamientos (azul); mantener contacto físico y social (amarillo); jugar, ser creativos y divertirnos (naranja); practicar deporte (verde); y tener un tiempo para trabajar, realizar tareas y cumplir objetivos (rojo).
“¡Quizá puedan parecer muchas actividades, pero no importa tanto la cantidad, ni el tiempo que les dediquemos inicialmente: para estar más presentes y ser más felices en nuestras vidas, lo importante es incluir un poco de todo en nuestro día a día para alcanzar la calidad y el bienestar”, enfatiza.
DORMIR Y DESPERTAR: ¡DE THETA A BETA!
Entre todos los colores de “agenda arcoiris”, Romo destaca como “un tema muy interesante” el violeta, ya que para nuestro cerebro resulta fundamental “conseguir un sueño de calidad”.
“A veces nos vamos a dormir inmediatamente después de estar en un estado de activación, a consecuencia de ver una película de acción, de revisar el correo electrónico o de entrar en las redes sociales, o de utilizar el móvil o el ordenador y, si hacemos esto, el mensaje que le estamos lanzando al cerebro no es que nos vamos a ir a dormir, sino que seguimos activados”, señala.
Para Romo es importante que le digamos a nuestro centro neurálgico que llega el momento de descansar y potenciar las ondas Theta… “¿Cómo podemos hacerlo? Realizando actividades transitorias antes de dormir. Por ejemplo, dedicar un tiempo a rituales de belleza, lavarse los dientes o leer un libro con poca luz”, señala.
“Al igual que hay que realizar actividades transitorias antes de dormir, debemos hacerlas también al despertar para pasar de una frecuencia de onda cerebral a otra”, señala Romo, que añade que las ondas Beta son las más comunes en nuestras horas de vigilia y “están asociadas a los estados de alerta”.
Para despertar, por ejemplo, “podemos estirar las diferentes partes del cuerpo o escuchar una canción que nos ‘cargue las pilas’ de energía y ánimo, es decir, lo que hacemos es ayudar al cerebro para disfrutar y aprovechar cada momento y ganar calidad de vida”, finaliza.
María Jesús Ribas
EFE/REPORTAJES