Rodrigo Díaz M.
El gobierno de Canadá se ha comprometido a garantizar un medio ambiente limpio y seguro para todas las generaciones. Todo el mundo merece tener acceso a aire y agua limpios. Por eso el gobierno está tomando medidas para hacer frente a la contaminación procedente de todos los sectores de la economía, incluso mediante instrumentos modernizados como la Ley canadiense de protección del medio ambiente de 1999 (CEPA).
Canadá está dando el siguiente paso para hacer frente a las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), a veces denominadas “sustancias químicas eternas”, que son una gran clase de sustancias de origen humano extremadamente persistentes que se utilizan en una amplia gama de productos cotidianos, como envases de alimentos, medicamentos, cosméticos, utensilios de cocina antiadherentes, vehículos y aparatos electrónicos.
En todo el mundo, los PFAS pueden encontrarse en el aire, las aguas subterráneas, los océanos, los lagos, los ríos y el suelo, así como en las aguas residuales y los lodos de depuradora.
Basándose en los últimos datos científicos disponibles, el gobierno ha publicado un proyecto de informe actualizado sobre el estado de los PFAS y una revisión del ámbito de aplicación de la gestión de riesgos. El Informe propone concluir que la clase de PFAS, excluidos los fluoropolímeros, está entrando o puede entrar en el medio ambiente a niveles que son o pueden ser perjudiciales para la salud humana y el medio ambiente.
El gobierno propone una evaluación separada para examinar el perfil de exposición y peligro de los fluoropolímeros. Este proyecto de informe actualizado se ajusta a las pruebas que sugieren que los fluoropolímeros pueden tener perfiles de exposición y peligro diferentes a los de otros PFAS.
El ministro de medio ambiente y cambio climático y el ministro de salud también estudiarán si los fluoropolímeros son posibles candidatos a la Lista de Vigilancia del artículo 75.1 de la CEPA que ayudará a los importadores, fabricantes y consumidores canadienses a seleccionar alternativas más seguras y evitar sustituciones lamentables, es decir, sustituir un producto químico problemático por otro que, a su vez, se convierte en un problema.
Próximamente se consultará a los canadienses sobre el proceso de inclusión en la lista de vigilancia.
El Ámbito de Gestión de Riesgos revisado propone un enfoque gradual, empezando por una normativa para restringir los PFAS que aún no están regulados en las espumas contra incendios, seguida de medidas adicionales para prohibir otros usos o sectores en relación con los PFAS.
Para reducir la exposición a los PFAS, Health Canada publicó en febrero del 2023 un proyecto de objetivo para los PFAS en el agua potable canadiense. El objetivo final, basado en datos científicos sólidos y centrado en la salud humana, se publicará en las próximas semanas.