Rodrigo Díaz M.
El presidente Joe Biden ha firmado una orden ejecutiva para cerrar la frontera cuando los cruces alcancen los 2.500 al día y restringir el asilo a los inmigrantes procedentes de México, y ha culpado a Donald Trump de frustrar una solución legislativa.
El plan, tachado de “maniobra electoral” por los críticos, podría permitir la entrada en Estados Unidos de hasta 1,75 millones de personas.
Biden promocionó la nueva orden en declaraciones en la Casa Blanca, donde culpó a Trump del fracaso de una medida bipartidista sobre inmigración en el Congreso.
“Los republicanos se salieron con la suya”, dijo Biden. “¿Por qué? Porque Donald Trump les dijo que lo hicieran”.
La orden, que Biden anunció esta semana, llega tras años de inacción del Congreso en torno a medidas bipartidistas sobre inmigración, que Biden tampoco promulgó.
Incluso algunos congresistas demócratas afirman que la política será ineficaz o podría ser anulada por los tribunales por ir más allá de la autoridad ejecutiva del presidente.
Los inmigrantes que sean sorprendidos cruzando ilegalmente la frontera entre Estados Unidos y México (un promedio de 3.800 al día) podrían ver denegada su solicitud de asilo y ser rápidamente deportados o devueltos a México en virtud de las nuevas restricciones anunciadas, que forman parte de una amplia iniciativa del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para hacer cumplir la ley.
La medida del presidente se produce tras el fracaso de la legislación bipartidista sobre inmigración, que preveía el cierre de la frontera en caso de aumento de los cruces.
Las nuevas medidas entrarán en vigor de inmediato y tendrán excepciones para los niños no acompañados, las personas que se enfrentan a graves amenazas médicas o de seguridad y las víctimas de la trata de personas, dijo un alto funcionario.