Rodrigo Díaz M.
Las inundaciones repentinas provocadas por las lluvias estacionales inusualmente intensas en Afganistán han causado la muerte de más de 300 personas y destruido más de mil casas, según informó el sábado la agencia alimentaria de la ONU.
El Programa Mundial de Alimentos dijo que estaba distribuyendo galletas fortificadas a los supervivientes de una de las muchas inundaciones que han azotado Afganistán en las últimas semanas, principalmente la provincia septentrional de Baghlan, que se llevó la peor parte de los diluvios el viernes.
En la vecina provincia de Takhar, los medios de comunicación estatales informaron de que las inundaciones habían causado la muerte de al menos 20 personas.
Zabihullah Mujahid, principal portavoz del gobierno talibán, publicó en la plataforma de medios sociales X que “cientos han sucumbido a estas calamitosas inundaciones, mientras que un número considerable ha sufrido heridas”.
Mujahid identificó las provincias de Badakhshan, Baghlan, Ghor y Herat como las más afectadas. Añadió que “la extensa devastación” ha provocado “importantes pérdidas económicas” y dijo que el gobierno había ordenado movilizar todos los recursos disponibles para rescatar a la gente, transportar a los heridos y recuperar a los muertos.
El ministerio de defensa talibán dijo en un comunicado el sábado que las fuerzas aéreas del país ya han comenzado a evacuar a la población en Baghlan y han rescatado a un gran número de personas atrapadas en zonas inundadas y transportado a 100 heridos a hospitales militares de la región.
Richard Bennett, relator especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Afganistán, dijo que las inundaciones son un duro recordatorio de la vulnerabilidad de Afganistán ante la crisis climática y que se necesita tanto ayuda inmediata como planificación a largo plazo por parte de los talibanes y los actores internacionales.
Vídeos publicados en las redes sociales mostraban a decenas de personas reunidas el sábado detrás del hospital de Baghlan en busca de sus seres queridos. Un funcionario les dice que deben ir y empezar a cavar tumbas mientras su personal se ocupa de preparar los cuerpos para la ceremonia de enterramiento.
Las autoridades habían dicho anteriormente que en abril al menos 70 personas murieron a causa de las fuertes lluvias e inundaciones repentinas en el país. También resultaron dañadas unas dis viviendas, tres mezquitas y cuatro escuelas.