Rodrigo Díaz M.
Rusia ha incluido al presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, en su lista de personas buscadas, según informaron el sábado los medios de comunicación estatales rusos, citando la base de datos del ministerio del interior.
En la tarde del sábado, tanto Zelenskyy como su predecesor, Petro Poroshenko, figuraban en la lista del ministerio de personas buscadas por cargos penales no especificados. Las autoridades rusas no aclararon de inmediato las acusaciones contra Zelenskyy y Poroshenko, y el medio de comunicación independiente ruso Mediazona afirmó el sábado que ambos figuraban en la lista desde hacía meses.
En una declaración en línea publicada ese mismo día, el ministerio de asuntos exteriores de Ucrania desestimó las informaciones sobre la inclusión de Zelenskyy como prueba de “la desesperación de la maquinaria estatal y la propaganda rusas”.
La lista de personas buscadas por Rusia incluye también a decenas de funcionarios y legisladores de Ucrania y de países de la OTAN. Entre ellos se encuentra Kaja Kallas, primer ministro de Estonia, miembro de la OTAN y de la UE, que ha abogado ferozmente por aumentar la ayuda militar a Kiev y endurecer las sanciones contra Moscú.
En febrero, funcionarios rusos afirmaron que se busca a Kallas por los esfuerzos de Tallin para retirar monumentos de la época soviética a los soldados del Ejército Rojo en la nación báltica, en una tardía purga de lo que muchos consideran símbolos de la opresión del pasado.
Otros miembros de la OTAN, como Letonia, Lituania y Polonia, también han retirado monumentos que se consideran un legado no deseado de la ocupación soviética de esos países.
Rusia cuenta con leyes que tipifican como delito la “rehabilitación del nazismo” y castigan la “profanación” de monumentos conmemorativos de la guerra.
En la lista de Rusia también figuran ministros de Estonia y Lituania, así como el fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) que el año pasado preparó una orden de detención contra el presidente Vladimir Putin por crímenes de guerra. Moscú también ha acusado al jefe de la inteligencia militar ucraniana, Kyrylo Budanov, de lo que considera actividades “terroristas”, incluidos los ataques con drones ucranianos contra infraestructuras rusas.
El Kremlin ha intentado en repetidas ocasiones vincular a los dirigentes ucranianos con el nazismo, a pesar de que el país tiene un presidente judío elegido democráticamente que perdió familiares en el Holocausto, y a pesar del objetivo de muchos ucranianos de fortalecer la democracia del país, reducir la corrupción y acercarse a Occidente.