Rodrigo Díaz M.
El presidente de Argentina, Javier Milei, ha negado que sean los argentinos de a pie quienes paguen sus radicales medidas de austeridad.
En una entrevista, Milei, que hizo campaña con una motosierra para simbolizar su deseo de recortar drásticamente el gasto público, insistió en que es la clase política la que paga sus enormes recortes, no los ciudadanos.
El economista de derechas fue elegido tras años de alto gasto público y elevado endeudamiento.
La inflación está empezando a bajar tras dispararse inicialmente cuando asumió el cargo en diciembre, pero sigue siendo la más alta del mundo.
Los críticos de Mileysostienen que millones de argentinos están pagando el precio de su programa de austeridad.
En los cinco meses transcurridos desde su toma de posesión, ha recortado drásticamente los puestos de trabajo en el sector público, las subvenciones a la energía y el transporte, y el valor de la moneda, de modo que el dinero de los ciudadanos vale menos de lo que valía.
Desde que llegó a la presidencia, ha mantenido su retórica radical sobre la economía, pero la ha suavizado en otras cuestiones.
En materia económica, ha hecho de la reducción de la inflación, que se sitúa en el 287% anual, su clara prioridad, argumentando que “el impuesto más regresivo y que más aflige a la gente es la inflación”.
Pero muchas de sus políticas han provocado una subida de precios a corto plazo, en un momento en que los salarios y las pensiones no siguen el ritmo de la inflación.
Según analistas independientes, el gasto en pensiones se ha reducido entre un 30% y un 40% en términos reales, lo que, según algunos, lo convierte en uno de los mayores recortes del gasto público.
Milei ha dicho públicamente en que su programa económico estaba ayudando a los más vulnerables, por ejemplo, aumentando algunas prestaciones sociales como las ayudas a parados con hijos para comprar alimentos y afirmó que los indicadores económicos estaban “mejorando” y que “en el último mes, los salarios superaron a la inflación”.