Rodrigo Díaz M.
Una de las principales promesas del presupuesto federal publicado la semana es invertir 2.3 billones de dólares para impulsar la adopción de la tecnología y la industria de la inteligencia artificial (IA) en Canadá.
Pero junto a ello se incluía la promesa de invertir 50 millones de dólares en cuatro años “para apoyar a los trabajadores que puedan verse afectados por la IA”. Los trabajadores de “sectores y comunidades potencialmente afectados” recibirán nueva formación a través del Programa de Soluciones Sectoriales para la Mano de Obra.
Con esta inversión, el gobierno federal se está asegurando de que los trabajadores cuyos puestos de trabajo pueden verse afectados por la continua proliferación de la inteligencia artificial cuenten con las competencias necesarias para adaptarse.
El apoyo a la inversión en formación profesional se prestará a través del Programa de Soluciones Sectoriales para la Mano de Obra, que “proporcionará nueva formación profesional a trabajadores de sectores y comunidades potencialmente perturbados”, reza parte del presupuesto.
Aunque las teorías conspiratorias sobre la llegada de robots para quitar puestos de trabajo son anteriores a la aparición de los sistemas de IA generativa a finales del 2022, la disponibilidad generalizada de sistemas como ChatGPT hizo que esos temores se hicieran realidad para muchos, incluso cuando trabajadores de todos los sectores empezaron a integrar la tecnología en su jornada laboral.
El rápido crecimiento de la inteligencia artificial expondría a casi el 40% del empleo mundial, y las economías avanzadas se enfrentarían a mayores riesgos, según un análisis previo del Fondo Monetario Internacional (FMI) publicado en enero.
En junio del 2023, una nota informativa para la ministra federal de Economía, Chrystia Freeland, advertía que el impacto de la IA generativa “se sentirá en todas las industrias y alrededor del 40% de todas las horas de trabajo podrían verse afectadas”.
La banca, los seguros y la energía parecen tener un mayor potencial de automatización en comparación con otros sectores. Esto podría tener repercusiones sustanciales en los puestos de trabajo y las necesidades de cualificación.
El presupuesto sólo señala a las “industrias creativas” como sector afectado que estará cubierto por el programa. En febrero, las industrias canadienses de la televisión, el cine y la música pidieron a los diputados protección contra la IA, alegando que la tecnología amenaza su sustento y reputación.
En una entrevista a principios de año, Bea Bruske, presidenta del Congreso Laboral Canadiense, dijo que los sindicatos que representan a actores y directores han estado muy preocupados por cómo sus imágenes o su trabajo podrían ser utilizados por los sistemas de IA. Pero “la realidad es que tenemos que estudiar las implicaciones de la IA en todos los trabajos”, dijo.
Blit explicó que los grandes modelos lingüísticos y otras IA generativas pueden escribir, aportar nuevas ideas y luego ponerlas a prueba, analizar datos, así como generar código de programación informática, música, imágenes y vídeo.
Las personas que se verán afectadas son las que ejercen profesiones como el marketing, el sector de salud, el derecho y la contabilidad.
El gobierno federal ha utilizado la IA en casi 300 proyectos e iniciativas, según revela un nuevo estudio publicado a principios de este mes.