Rodrigo Díaz M.
Simon Harris se ha convertido en el primer ministro más joven de la historia de Irlanda, al asumir oficialmente el cargo el martes en Dublín, después de que Leo Varadkar dimitiera repentinamente el mes pasado.
Harris, de 37 años, se presentó sin oposición para sustituir a Varadkar al frente del partido gobernante Fine Gael, y las últimas formalidades de su ascenso al poder se completaron en el Dáil, el parlamento irlandés.
Ha ocupado varios cargos en el Gobierno desde que se le señaló como una estrella política en ciernes a finales de la veintena, y más recientemente ha sido ministro de Educación Superior y Ciencia.
Pero Harris se enfrenta a un reto político de enormes proporciones en los próximos meses; en Irlanda deben celebrarse elecciones generales a finales de marzo del 2025, y el Fine Gael va por detrás en las encuestas de opinión del grupo republicano irlandés Sinn Fein, que en su día fue el brazo político del Ejército Republicano Irlandés (IRA).
Varadkar lideró una ofensiva para liberalizar algunas de las leyes socialmente conservadoras de Irlanda, sobre todo suavizando los estrictos mandatos antiabortistas del país.
Pero su gobierno tuvo que hacer frente a la crisis inmobiliaria y al aumento de la inmigración.
Harris se ha apresurado a elogiar a su predecesor durante su coronación como nuevo líder del Fine Gael, pero su camino hasta la cima de la política irlandesa no se parece al de muchos de los que le precedieron.
Hijo de un taxista, nacido en el este de Irlanda, Harris estudió periodismo y francés en una universidad de Dublín, pero abandonó los estudios para centrarse en la política. Fue el diagnóstico de autismo de su hermano, y su posterior lucha por acceder a los servicios para personas con necesidades especiales, lo que impulsó las ambiciones políticas de un Harris adolescente.
En pocos años fue concejal y luego miembro del Dail. Y la juventud de Harris ha sido un rasgo de su identidad política a lo largo de su carrera.
Harris fue catapultado al destacado papel de ministro de salud en el 2016, un ascenso vertiginoso que cimentó su posición como uno de los miembros de la nueva guardia de Fine Gael. Ya al año siguiente, cuando el primer ministro Enda Kenny renunció a su cargo, se le consideró un posible candidato al liderazgo, pero Harris, que entonces tenía 30 años, se descartó a sí mismo, insistiendo en que aún no tenía la experiencia necesaria.
Como ministro de salud, Harris tuvo un papel destacado cuando Irlanda votó a favor de legalizar el aborto.