Rodrigo Díaz M.
Alemania ha liberalizado las normas sobre el cannabis para permitir la posesión de pequeñas cantidades.
La Asociación Alemana del Cannabis, que hizo campaña a favor de la nueva ley, organizó un “smoke-in” en la emblemática Puerta de Brandenburgo de Berlín cuando la ley entró en vigor a medianoche. Se programaron otros actos públicos de consumo por todo el país, uno frente a la catedral de Colonia y otros en Hamburgo, Ratisbona y Dortmund.
La nueva ley legaliza la posesión por adultos de hasta 25 gramos de marihuana con fines recreativos y permite a los particulares cultivar hasta tres plantas por su cuenta. Esta parte de la legislación entró en vigor el lunes.
A partir del 1 de julio, los residentes alemanes mayores de 18 años podrán asociarse a “clubes de cannabis” sin ánimo de lucro con un máximo de 500 miembros cada uno. Los particulares podrán comprar hasta 25 gramos al día, o un máximo de 50 gramos al mes, cifra limitada a 30 gramos para los menores de 21 años. No se permitirá la membresía a varios clubes.
Los costos de los clubes se cubrirán con las cuotas de los socios, que se escalonarán en función de la cantidad de marihuana que consuman.
La legislación también prevé una amnistía en virtud de la cual se revisarán y, en muchos casos, anularán las sentencias por delitos relacionados con el cannabis que ya no serán ilegales. Las autoridades regionales temen que el sistema judicial se vea desbordado por miles de casos.
La ley fue impulsada por la actual coalición de socialdemócratas del canciller Olaf Scholz, los Verdes y los proempresariales Demócratas Libres, frente a la oposición de algunos de los estados federados alemanes y los democristianos de centro-derecha. El líder democristiano Friedrich Merz ha prometido que su partido revocará la legislación si gana las elecciones nacionales previstas para otoño del 2025.
Las principales tiendas de jardinería encuestadas indicaron que no añadirían plantas de cannabis a su oferta hortícola, y la Asociación Médica Alemana se opuso a la ley, afirmando que podría tener “graves consecuencias” para las “perspectivas de desarrollo y de vida de los jóvenes de nuestro país”.