Rodrigo Díaz M.
La carbon tax o el impuesto precio del carbono en Canadá aumentará el 1 de abril a pesar de que varios premiers han pedido a Ottawa una pausa.
Según Hadrian Mertins-Kirkwood, investigadora principal del Centro Canadiense de Políticas Alternativas, que la carbon tax es una “política fundamental” del gobierno liberal en minoría del primer ministro Justin Trudeau.
Sin embargo, líderes provinciales como el primer ministro liberal de Terranova y Labrador, Andrew Furey, piden que se detenga por motivos de asequibilidad.
La subida de la carbon tax prevista para el 1 de abril no es un “aumento inesperado”.
La idea es que, al poner un precio a la contaminación, la gente utilizará menos combustibles fósiles, lo que reducirá las emisiones globales de la economía.
El aumento previsto para el 1 de abril se notará sobre todo en las gasolineras y en las facturas de la luz de las provincias y territorios donde se aplica el plan federal de respaldo.
Los aumentos anuales conforman el plan general de precios del gobierno. De hecho, se prevén aumentos hasta al menos el 2030.
“Una provincia o territorio puede decidir adoptar voluntariamente el sistema federal de precios”, indicó el gobierno en su página web.
“Si una provincia o territorio decide no poner precio a la contaminación por carbono o propone un sistema que no cumple las normas nacionales mínimas de rigor, esa jurisdicción está sujeta al sistema federal de fijación de precios para garantizar que haya un precio adecuado a la contaminación por carbono en todo Canadá”.
Columbia Británica, Quebec y los Territorios del Noroeste son las únicas regiones que cuentan con sus propios sistemas de tarificación del carbono.
Ahora mismo, el plan de tarificación del carbono está fijado en 65 dólares la tonelada. A partir del 1 de abril, será de 80 dólares la tonelada, y seguirá subiendo anualmente 15 dólares hasta alcanzar los 170 dólares la tonelada en el 2030.
En los surtidores, la subida del 1 de abril añadirá unos tres céntimos al precio de la gasolina.