Rodrigo Díaz M.
El gobierno de México ha reconocido que al menos dos conocidas ruinas mayas son inaccesibles para los visitantes y turistas debido a una mezcla tóxica de violencia entre carteles y conflictos por la tierra.
La explosión de violencia de los cárteles de la droga en Chiapas desde el año pasado ha dejado completamente aislado el sitio arqueológico de Yaxchilán.
Los guías turísticos, que hablaron bajo condición de anonimato porque deben seguir trabajando en la zona, dijeron que los hombres armados y los puestos de control se ven a menudo en el camino a otro sitio, Bonampak, famoso por sus murales.
Dicen que, para llegar a otro yacimiento arqueológico, Lagartero, los viajeros se ven obligados a entregar documentos de identidad y teléfonos móviles en los puestos de control de los carteles.
Mientras tanto, los funcionarios admiten que los visitantes tampoco pueden ir a las imponentes y elevadas pirámides de Toniná, porque un terrateniente ha cerrado el paso a través de sus tierras mientras busca el pago del gobierno por conceder el derecho de paso.
Los peligros relacionados con los carteles son los más problemáticos. Los dos carteles que se disputan las lucrativas rutas de tráfico de drogas y emigrantes de la zona instalan los puestos de control para detectar cualquier movimiento de sus rivales.
Aunque hasta ahora ningún turista ha resultado herido y el gobierno afirma que los lugares son seguros, muchos guías ya no llevan allí a grupos de turistas.
Las batallas entre carteles empezaron a ponerse realmente feas en Chiapas en el 2023, coincidiendo con el aumento del número de inmigrantes, ahora alrededor de medio millón al año, que se desplazan a través de la selva del Tapón del Darién desde Sudamérica, pasando por Centroamérica y México, hasta la frontera con Estados Unidos.
Dado que muchos de los inmigrantes de la nueva ola proceden de Cuba, Asia y África, pueden pagar más que los centroamericanos, lo que hace más valiosas las rutas de contrabando a través de Chiapas.