Por Inmaculada Tapia.
EFE/REPORTAJES
Ser un aficionado a los deportes de invierno o simplemente salir a pasear por parques o zonas boscosas ponen a nuestra piel en riesgo, además de por las bajas temperaturas y el viento, porque también en otoño e invierno la exponemos a las radiaciones solares, factores que pueden provocar deshidratación y eritemas.
Las pieles sensibles son las que más sufren, pero no son las únicas. El frío hace que la piel se contraiga y disminuya su irrigación. La falta de oxígeno y otros nutrientes consiguen que se apague, además de provocar una sensación de tirantez, especialmente en la zona lateral de la nariz y los labios.
CALMANTES Y REGENERADORES.
Joaquín Pinar, responsable en España de la firma suiza Wherteimar, indica a Efe que los productos con texturas ricas, activos calmantes, regeneradores, protectores y antiinflamatorios “son la mejor solución, pues eliminan la sensación de tirantez e irritación”, por lo que propone la crema regeneradora de alta protección SPF 50 de la firma, “de rápida absorción, enriquecida con aloe vera, ADN marino, extracto de gayuba, vitamina E y complementado por cóctel de principios activos antiedad”.
Un cambio en el neceser es lo que proclama como “vital”, Carmen Díaz, directora del centro estético Germaine Goya, quien hace hincapié en el hecho de que la humedad del ambiente “puede llegar a provocar un exceso de grasa y brillos, la piel se vuelve más propensa a la aparición de acné, producido por un desequilibrio en la piel”.
La especialista asegura que el uso de cosméticos libres de aceites puede provocar el efecto contrario al que se busca, “que el rostro se deshidrate y, en contraposición, genere un exceso de grasa”.
ACEITES FACIALES.
Una razón por la que recomienda, en la rutina diaria, el uso de productos con aceites faciales para los rostros más secos e indica que para este tipo de pieles es necesario “mantener un equilibrio entre el porcentaje de agua y de grasa, añadiendo un par de gotas en la crema hidratante y aplicarlo sobre la piel del rostro”.
Díaz prioriza la vitamina C para conseguir que la piel de la cara vuelva a recuperar la luminosidad perdida durante el verano.
Por su parte la cosmetóloga Eva Raya indica a Efe que los ingredientes más adecuados para el invierno son los que “ayudan a resaturar el manto lipídico”.
“Los principios activos derivados de plantas xerófitas, como la salvia sclarea (Xeradin TM) son especialmente beneficiosos”, explica la también creadora del portal de cosmética natural, Alice in Beautyland, quien asegura que “el resultado de su fracción flavonoide y su contenido en azúcares le confiere una aplicación cosmética como hidratante inmediato, con un aumento progresivo de la hidratación y una duración de 24 horas, según detallan los ensayos clínicos”.
“La manteca de karité, rica en vitaminas A, D, E y F y en ácidos grasos Omega 3 y 6, tienen, además, propiedades restauradoras y regeneradoras”, informan desde el mencionado portal.
EL PELO TAMBIÉN SUFRE.
El pelo también sufre con la ola de frío. Sara Díez, experta de ReGenesis explica que “lo más importante para mantener la calidad del cabello es la hidratación constante a través de acondicionadores, mascarillas o tratamientos nutritivos”.
Pero con la llegada del frío es recomendable complementar su cuidado “con una alimentación a base de verduras verdes, agua mineral y ciertos trucos que mantengan la humedad en el pelo para evitar que las puntas se resequen y quiebren”, índice Díez.
Asegura también que los cambios drásticos de temperatura, como salir de una zona con calor y pasar al frío de la calle, “dañan el cabello y provocan un efecto “frizz”, mientras que la calefacción lo reseca”.
Entre los trucos que propone Díez para combatir esta situación son: aclarar el pelo con agua mineral del tiempo, un método que siguen desde Madonna a la modelo Christy Turlington, pues así limpian los restos de agua dura tras el champú y se mantiene el equilibrio del PH del cuero cabelludo.
“El agua con cal contiene niveles más altos de calcio y magnesio, que pueden adherirse al cabello haciéndolo más quebradizo y apagado”, señala.
Darle una tregua con la plancha y secarlo con un difusor a temperatura media, es otro de sus consejos. “Si además añadimos aceite de coco, que mantiene un potente efecto reparador y revitalizante, lo protegeremos en profundidad”, concluye la especialista.