Rodrigo Díaz M.
El príncipe Constantin, hijo menor del actual monarca de Liechtenstein, falleció “inesperadamente” a los 51 años la semana pasada.
La Casa Principesca de Liechtenstein anunció el repentino fallecimiento en un comunicado. No se reveló la causa del fallecimiento.
El príncipe Constantin era el séptimo en la línea de sucesión al trono.
El hermano mayor del príncipe, el príncipe heredero Alois, es el primero en la línea de sucesión de su padre, Hans-Adam II, príncipe reinante de Liechtenstein. Liechtenstein es un principado, por lo que sus monarcas utilizan el título de Príncipe, no de Rey.
El príncipe Constantin deja a su esposa, la princesa Marie de Liechtenstein, y a sus tres hijos: el príncipe Moritz, la princesa Georgina y el príncipe Benedikt. La esposa y los hijos del príncipe aún no han comentado públicamente su muerte.
El periódico local Vaterland informó de que el parlamento estatal, llamado Landtag, guardó un minuto de silencio en memoria del príncipe. Las iglesias de todo el país hicieron sonar sus campanas en su memoria.
Liechtenstein está considerado uno de los países más solventes del mundo y se ha forjado una sólida reputación en torno a su sector de servicios financieros. El Príncipe Hans-Adam II fue un banquero de éxito antes de ascender al trono. Su reforma del Grupo Liechtenstein, que pasó de ser un pequeño banco local a un holding internacional, le ha ayudado a convertirse en el monarca más rico de Europa.
El país de Liechtenstein está situado entre Austria y Suiza, tiene unos 40 mil habitantes. Como monarquía constitucional, el jefe de estado es el príncipe reinante. En comparación con otras monarquías constitucionales de Europa, el príncipe de Liechtenstein ejerce un poder soberano relativamente amplio.
En el 2003, se aprobó un referéndum que otorgaba a la Casa Principesca el poder de vetar la legislación y aplicar poderes de emergencia para destituir al Landtag, elegido democráticamente. El referéndum también otorgaba a los ciudadanos el derecho a convocar un voto de confianza para abolir la monarquía si así lo decidían.
El príncipe Hans-Adam II apoyó firmemente el referéndum. Con frecuencia amenazó con trasladarse a Austria si no se cumplían sus deseos.
En el 2004, Hans-Adam II cedió la gestión diaria de los asuntos de estado a su hijo mayor. Juntos, él y el príncipe heredero Alois representan a la Casa Principesca.