Rodrigo Díaz M.
La fertilidad masculina está en declive en todo el mundo, y un grupo internacional de investigadores afirma que es necesario atajar cuanto antes este problema.
En un nuevo artículo publicado en la revista médica Nature Reviews Urology, los investigadores advierten de que esta falta de conocimiento hace recaer a menudo la carga de la fertilidad masculina sobre las mujeres, que se ven sometidas a procedimientos invasivos de reproducción asistida.
“El principal problema es que desconocemos las causas de la infertilidad masculina, y los diagnósticos y tratamientos actuales no tienen una base causal”, afirma Sarah Kimmins, profesora de la Universidad de Montreal y miembro del grupo de investigación.
Si eres un hombre infértil, añadió, hay pocas opciones de tratamiento, “y el diagnóstico está realmente anticuado. No ha cambiado desde hace más de 50 años”.
“Así que el tratamiento recae realmente en la mujer, ya sea un problema de fertilidad de ella o de él”.
La Organización Mundial de la Salud calcula que la infertilidad afecta a una de cada seis parejas, y que los hombres componen la mitad de los casos.
Los estudios sugieren que los factores conductuales y ambientales desempeñan un papel importante en la fertilidad masculina. Entre ellos, están la creciente exposición a sustancias químicas que alteran las hormonas, conocidas como disruptores endocrinos; el aumento de la obesidad; la mala alimentación; el estrés; el consumo de cannabis y alcohol; el tabaquismo y el vaping.
Un nuevo documento de un grupo de 25 científicos, dirigido por Moira O’Bryan, decana de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Melbourne, ofrece varias recomendaciones para mejorar la salud de los hombres y sus hijos y reducir la carga de los problemas de fertilidad de la pareja sobre las mujeres.
La principal de ellas es la convocatoria de campañas públicas para educar a los hombres sobre el comportamiento y los hábitos de vida que deben adoptar, o evitar, para maximizar sus posibilidades de tener descendencia.
“Nos gustaría que los niños y los jóvenes recibieran esta educación en la escuela, cuando son pequeños”, afirma Kimmins. “Que su fertilidad es algo que hay que proteger y qué evitar para disminuir el riesgo de tener infertilidad más adelante en la vida”.
Los médicos de familia también deben comentar con sus pacientes varones los factores que pueden reducir la fertilidad. Con demasiada frecuencia, dice, los médicos ven la fecundación in vitro como una solución relativamente fácil a la infertilidad masculina. Sin embargo, olvidan que la carga del procedimiento recae en las mujeres, aunque el problema de fertilidad de raíz no sea el suyo.
La prevención es tanto más crucial cuanto que aún no está claro si la fertilidad comprometida por factores externos es permanente o reversible. Los hombres cuyas ocupaciones aumentan el riesgo de infertilidad, como los que trabajan con productos químicos, deberían informarse de la posibilidad de congelar su esperma antes de que sea demasiado tarde, dijo Kimmins.
Quienes estén pensando en formar una familia deben intentar reducir al mínimo los factores que podrían perjudicar su fertilidad, por ejemplo: comiendo mejor, haciendo ejercicio y durmiendo bien.
Cada vez hay más pruebas científicas de que los hombres infértiles son más propensos a las enfermedades y tienden a morir más jóvenes que los fértiles. La incidencia del cáncer y las enfermedades cardiovasculares también es mayor entre los hombres infértiles. Y más allá de la fertilidad, el esperma de calidad también puede proteger la salud de los hijos, e incluso de los nietos, al reducir el riesgo de transmitir cambios genéticos influidos por el estilo de vida que pueden dar lugar a multitud de problemas de salud, desde obesidad hasta trastornos del neurodesarrollo. Un hombre infértil podría incluso transmitir su infertilidad a su descendencia durante la fecundación médicamente asistida.