Rodrigo Díaz M.
La demanda por fraude que podría costarle al ex presidente de Estados Unidos Donald Trump el control de algunas de sus propiedades más preciadas llegó a juicio el lunes, con los abogados del estado de Nueva York prometiendo exigirle responsabilidades mientras él denunciaba el caso como una “estafa” políticamente motivada.
El caso civil, presentado por la fiscal general de Nueva York, Letitia James, acusa al magnate de los negocios reconvertido en político y a su compañía de engañar a bancos, aseguradoras y otros al falsear habitualmente su riqueza en los estados financieros.
Los abogados de la defensa, en sus alegatos iniciales, dijeron que los estados financieros eran ciertos. Las propiedades de Trump son “propiedades Mona Lisa” que pueden alcanzar precios muy altos, dijo la abogada Alina Habba.
Trump se presentó voluntariamente al juicio, en el que peligra su control sobre la Torre Trump y otras importantes propiedades inmobiliarias.
El juez Arthur Engoron ya ha dictaminado que Trump cometió fraude en sus negocios. Esa sentencia de la semana pasada, si se confirma en apelación, podría obligar a Trump a renunciar a propiedades en Nueva York, como la Torre Trump, un edificio de oficinas en Wall Street, campos de golf y una finca en las afueras. Trump lo ha calificado de “pena de muerte corporativa” y ha insistido en que el juez es injusto y va a por él.
El juzgado busca 250 millones de dólares en multas y la prohibición de que Trump haga negocios en Nueva York.
Trump, el favorito republicano en la carrera presidencial del 2024, ha negado todos los cargos.
El juicio por fraude en Nueva York podría extenderse hasta diciembre, dijo Engoron. Luego, a Trump le esperan juicios en al menos otros dos estados por diferentes cargos criminales.