Rodrigo Díaz M.
Una explosión en un mitin político en la frontera de Pakistán con Afganistán mató al menos a 44 personas e hirió a casi 200 en un atentado perpetrado el domingo pasado que, según un alto dirigente, quería debilitar a los islamistas paquistaníes.
Los talibanes paquistaníes, o TTP, afirmaron en un comunicado que el atentado tenía como objetivo enfrentar a los islamistas entre sí. Zabiullah Mujahid, portavoz de los talibanes afganos, dijo en la plataforma de medios sociales X, antes conocida como Twitter, que “tales crímenes no pueden justificarse de ninguna manera”.
La toma del poder en Afganistán por los talibanes afganos a mediados de agosto del 2021 envalentonó al TTP. En noviembre pusieron fin unilateralmente a un acuerdo de alto el fuego con el gobierno paquistaní y han intensificado los atentados en todo el país.
El atentado se produjo horas antes de la llegada del viceprimer ministro chino, He Lifeng, a Islamabad, donde iba a participar en un acto para conmemorar una década del Corredor Económico China-Pakistán, o CPEC, un amplio paquete de medidas en virtud del cual Pekín ha invertido miles de millones de dólares en Pakistán.
En los últimos meses, China ha ayudado a Pakistán a evitar el impago de su deuda soberana. Sin embargo, algunos ciudadanos chinos también han sido objetivo de militantes en el noroeste de Pakistán y en otros lugares.
Feroz Jamal, ministro provincial de Información, declaró que hasta el momento 44 personas habían sido “martirizadas” y casi 200 habían resultado heridas en el atentado.
El bombardeo fue uno de los cuatro peores ataques en el noroeste desde 2014, cuando 147 personas, en su mayoría escolares, murieron en un ataque talibán contra una escuela administrada por el ejército en Peshawar.
En enero, 74 personas murieron en un atentado con bomba en una mezquita de Peshawar. En febrero, más de 100 personas, en su mayoría policías, murieron en un atentado con bomba en una mezquita dentro de un complejo de alta seguridad que alberga la sede de la policía de Peshawar.
El primer ministro Sharif y el presidente Arif Alvi condenaron el atentado y pidieron a las autoridades que prestaran toda la ayuda posible a los heridos y a las familias en duelo.
Maulana Ziaullah, jefe local del partido de Rehman, se encontraba entre los muertos. Los dirigentes de la JUI Rasheed y el ex legislador Maulana Jamaluddin también se encontraban en el escenario, pero salieron ilesos.
Rasheed, jefe regional del partido, dijo que el atentado era un intento de eliminar a la JUI antes de las elecciones parlamentarias de noviembre, pero afirmó que esa táctica no funcionaría. El atentado suscitó la condena de todo el país, y los partidos gobernante y de la oposición transmitieron sus condolencias a las familias de los fallecidos en el atentado.
Rehman está considerado un clérigo pro talibán y su partido político forma parte del gobierno de coalición de Islamabad. Se están organizando reuniones en todo el país para movilizar a sus simpatizantes de cara a las próximas elecciones.