Rodrigo Díaz M.
El aspartamo, un popular edulcorante artificial utilizado habitualmente en refrescos, postres y chicles sin azúcar, puede suponer un riesgo de cáncer, según ha advertido la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los investigadores del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) de la OMS evaluaron el peligro del aspartamo y lo clasificaron como “posiblemente cancerígeno para el ser humano”, al tiempo que señalaron que había pruebas limitadas de un tipo de cáncer de hígado y piden más investigaciones sobre los posibles daños para la salud de su consumo.
El aspartamo tiene menos calorías que el azúcar y es uno de los edulcorantes artificiales más comunes en los refrescos light, como la Coca-Cola Zero.
Al incluirlo en la categoría del Grupo 2B, el aspartamo se une a otros 322 agentes que han sido clasificados como “posiblemente cancerígenos”, según la IARC.
El aloe vera, el gasóleo, la gasolina y las verduras en escabeche también entran en esa misma categoría.
Un carcinógeno no siempre provoca cáncer en todas las personas cada vez que hay algún tipo de exposición, según la Sociedad Americana del Cáncer.
Actualmente, el consumo de 40 miligramos de aspartamo por kilogramo de peso corporal en un día es considerado una cantidad aceptable por la OMS y Health Canada.
La OMS ya había desaconsejado anteriormente el uso de edulcorantes artificiales, como el aspartamo, para perder peso.
Dicha recomendación, publicada en mayo, se basaba en una revisión sistemática de las pruebas que sugieren que los edulcorantes sin azúcar o sin calorías, como la sucralosa, la estevia, los derivados de la estevia, el acesulfamo K, el aspartamo, el advantamo, los ciclamatos, el neotamo y la sacarina, no aportan ningún beneficio a largo plazo en la reducción de la grasa corporal.
De hecho, el uso prolongado de edulcorantes sin azúcar podría incluso aumentar el riesgo de diabetes de tipo 2, enfermedades cardiovasculares y mortalidad en adultos, según la OMS.
Las personas, especialmente los niños, deben buscar alternativas que no contengan azúcares libres ni edulcorantes, aconsejó Branca.
La OMS define los azúcares libres como cualquier azúcar añadido a los alimentos y bebidas, así como el azúcar natural presente en la miel, los jarabes, los zumos de fruta y los concentrados de zumo de fruta.