La última (?) de Indiana Jones, lo nuevo de Wes Anderson y la poco valorada entrega de Flash son las películas revisadas para esta semana.
Por Raúl A. Pinto
La nueva película de James Mangold, “Indiana Jones y el Dial del Destino” juega de forma preciosa con la nostalgia de las cuatro entregas de uno de los arqueólogos favorito de la historia del cine, y probablemente el mas famoso de todos.
A estas alturas, muchas personas olvidan o ignoran que cuando la maravillosa “Cazadores del Arca Perdida” se estrenó en 1981, se pensaba que las películas de aventuras que reinaron en el cine B hasta más o menos los años 40s, ya no eran lucrativas. George Lucas y Spielberg eran los absolutos amos del mundo del entretenimiento hasta ese punto, con la trilogía de La Guerra de las Galaxias y Tiburón/Encuentros Cercanos del Tercer Tipo en el primer apogeo de su fama y se lanzaron a la aventura con éxito: La unión entre ambos fue altamente anticipada, con las expectativas satisfechas plenamente.
Luego de haber tenido a Tom Selleck listo y preparado para hacer el papel, tuvieron que cambiarlo rápidamente por Harrison Ford, luego que el primero no lograra el permiso de CBS para hacer la película y la serie “Magnum” al mismo tiempo. Veintidós años después, miles de secuelas de todo tipo (¿recuerdan la preciosa serie “Crónicas del Joven Indiana Jones?”) y millones de dólares más tarde, la saga es un estándar para el género y para las películas taquilleras.
Mangold jamás pierde el respeto al legado nostálgico de la franquicia y se agradece su cualidad de implantar un tono contemporáneo a películas de época, igual como lo hizo con “Walk the Line”, “Ford vs Ferrari”, la interesante “Kate y Leopoldo”, que lidia también con temáticas de líneas de tiempo, y mi favorita de él, “3:10 to Yuma”. Casi se extraña al Spielberg mas clásico, pero al final, termina siendo un espectáculo con suficiente acción para dejarnos sin aliento más de una vez.
Ubicada principalmente en el tumultuoso 1969, la película encuentra a Harrison Ford interpretando a un Indy ya retirado, sufriendo un trágico episodio familiar y recordando las glorias del pasado. Esto se marca mucho más con la bien lograda secuencia de inicio, que nos lleva a 1944 (menos de diez años después de los hechos de “Cazadores..”). Aquí Mangold usa la famosa técnica de rejuvenecimiento que al menos funciona mejor que lo que le maestro Scorsese intentó hacer en “The Irishman”, pero que aún presenta algunas fallas que deben ser corregidas en el futuro.
La llegada de su misteriosa y despabilada ahijada, encarnada por una siempre perfecta Phoebe Waller-Bridge, de quien no me molestaría ver un spin-off, y un excelente elenco (¿Qué película no es mejor cuando se tiene a Mads Mikkelsen, Antonio Banderas, Toby Jones y John Rhys-Davies?), además de las referencias históricas que los nerds disfrutamos inmensamente, esta obvia historia de contrastes está hecha con amor, y debe ser disfrutada con reciprocidad. 2 horas y 34 minutos / mayores de 14 años / Disponible en salas.
Entre otras cosas, las películas de Wes Anderson, incluyendo su nueva cinta “Asteroid City” tienen ese aire a publicidad japonesa incomprensible pero adictiva. Claro, sus películas tienen tramas relativamente convencionales, pero las asocio con los comerciales nipones por la prioridad que Anderson da a las emociones antes que a la razón.
El estadounidense, muy aclamado por sus cintas visualmente atractivas en términos de composición e iluminación (vamos a nombrarlas, “The Royal Tenembaums”, “Moonrise Kingdom”, “The Fantastic Mr Fox”, “El Gran Hotel Budapest”, entre otras), y nos trae una comedia dramática donde una obra de teatro es representada en televisión en los años 50s. Aunque hay un “detrás de cámaras” bastante peculiar, estos elementos introductorios e intermedios son un poco innecesarios, porque una vez que estamos dentro de esta “obra teatral”, como que terminamos olvidando un poco el “programa” que estamos viendo.
Y miren que la “obra” – sobre una ciudad futurista que recibe una convención de niños genios con tendencias a la astronomía y la robótica junto a sus familias poco convencionales- tampoco termina siendo, lamentablemente, tan memorable como se pensaría.
Aun saliendo del desastre financiero de la notable “The French Dispatch”, Wes juega a su ajedrez habitual, con actores de primera categoría, un guion simple, pero directo y encantador, y sus menjunjes estéticos. Y bueno…
“Asteroid City” es sin duda alguna, una buena película, pero el creador dobla la apuesta, en frialdad y distancia creada en “The French…” haciendo de su cinta un fresco precioso, pero algo distante. Muchos de nosotros vamos a disfrutar de esta pieza de arte por décadas, pero la pequeña pizca de universalidad que le hace falta esta siempre ahí, y provoca de alguna manera que una vez que la veamos se nos olvide rápidamente.
A pesar del pálido guión, destaquemos las actuaciones, especialmente del protagonista, Jason Schwartzman, excelente en el papel de Augie, el flamante viudo que siente tanto dolor que ni siquiera le ha dado la noticia de la muerte de su madre a sus propios hijos. Scarlett Johanson luce radiante y perfecta como la actriz de cine Midge Campbell, dando la mirada perfecta en el momento adecuado. El resto del elenco está lleno de estrellas de cine, todas logrando su meta de haber actuado con el director tejano, y de verdad se agradece verlos (Tom Hanks, Jeffrey Wright, Bryan Cranston, Edward Norton, Maya Hawke, Hope Davis, Liev Schreiber, Matt Dillon, Tilda Swinton, Tony Revolori, Jeff Goldblum, Adrien Brody, Hong Chau, Rita Wilson, Willem Defoe y Margot Robbie), aunque hubiera sido mejor verlos brillar como de costumbre en una historia un poco más sólida. Para los fans de Wes Anderson, o los que amamos las cintas indie un poco alocadas, vaya a verla. Duración: 1 hora y 45 minutos. Mayores de 14 años. Disponible en salas.
Las películas del subgénero de viajes en el tiempo son de mis favoritas, especialmente seis cintas muy disímiles entre si que re-veo de vez en cuando: “Timecop”, con Jean-Claude Van Damme, “La Máquina del Tiempo” de los años sesenta, con Rod Taylor, “Frequency”, con Jim Caviezel, “About Time”, con Dohmnall Gleeson, “Harry Potter y el Prisionero de Azkaban” y, obviamente, la trilogía de “Volver al Futuro”. Bueno, ya estamos hablando de ocho películas…
Para mí la subtrama de volver y cambiar cosas es bastante atractiva, y “The Flash”, dirigida por el argentino Andy Muschietti, no desilusiona. Por lo menos no tanto, digamos. En la nueva entrega del Universo Extendido DC Comics, garantizo que los espectadores tienen al frente una emocionante aventura con un gustito muy a la antigua en su manera de entretener.
En la historia, seguimos a Barry Allen (Ezra Miller), quien lucha consigo mismo sobre el control de sus nuevos/antiguos poderes, pero que también se debate entre el “que habría pasado” si su madre no hubiera sido asesinada y su padre encarcelado. Con un pasado así, y con la inesperada posibilidad frente a sus ojos, ¿Quién se resistiría a viajar en el tiempo si fuera posible?. Y como estamos hablando de un muchachuelo algo inmaduro, es evidente que sus acciones desencadenan una serie de eventos que amenazan al multiverso y a las vidas de sus seres queridos, incluido su mentor, el mismísimo Bruce Wayne.
Si, tenemos un tufillo bastante cercano a los cuentos de Spiderman de Tom Holland y su relación con Tony Stark y Stephen Strange, pero existe la suficiente originalidad y material propio como para no recordarnos el multiverso de Marvel tan seguido durante las dos horas y 20 minutos de metraje. Afortunadamente la película comienza con un toque de comedia, viendo el lado alegre de los problemas de adaptación social de Barry como joven y como superhéroe, con el tono justo para además introducirnos al mismo mundo de duelo continuo que atormenta a Batman, pero visto con lentes más optimistas.
El protagonista de la cinta, Ezra Miller, ha estado en la palestra publica por múltiples acusaciones, entre ellas violencia, posesión de drogas y problemas de salud mental, amenazando incluso el que esta película viera la luz. De todas formas, la interpretación de Miller, como lo ha demostrado antes, es excelente. Sus dos versiones de Barry Allen están muy bien construidas, y el sentido del humor negro que se necesita está muy bien balanceado.
Lo mismo podemos decir de los efectos visuales: el film cuenta con avanzados gráficos y secuencias a cámara lenta (atentos con la secuencia de inicio) destinados a capturar la esencia del superpoder de Flash.
A la espera de lograr una consagración definitiva de las películas del Universo DC, más allá de “Wonder Woman”, “The Suicide Squad”, “Shazam” y “Justice League”, “The Flash” no esta en la lista de las mejores, pero tiene la suficiente chispa para que el tiempo se nos pase rápido. 144 minutos, mayores de 13 años, disponible en salas.