El pescado y los mariscos pueden ser una parte deliciosa de una dieta equilibrada, ya que aportan grasas saludables, proteínas y nutrientes como la vitamina D. Pero ¿sabía que el etiquetado incorrecto o la sustitución de especies de pescado es un tipo de fraude alimentario?
Si se sustituye una especie cara por un pescado más barato sin informar a los minoristas o al público, se engaña a los consumidores. También puede dañar la reputación y perjudicar a las empresas honradas que suministran pescado y productos del mar al mercado.
¿Qué se está haciendo para resolver este problema?
Uno de los métodos consiste en tomar muestras de productos alimenticios considerados de alto riesgo, como el pescado, y comprobar su autenticidad.
Por ejemplo, la Agencia Canadiense de Inspección Alimentaria (CFIA) recoge muestras de pescado en todo el país y analiza su ADN para asegurarse de que no están mal etiquetadas.
Se centra en nueve especies de pescado que suelen ser objeto de sustitución: pez mantequilla, bacalao, fletán, pez rey, lubina, pargo (rojo y otros), lenguado, atún y rabil.
Los científicos comparan el ADN de las muestras con las secuencias de códigos de barras de ADN de especies de peces conocidas.
Según resultados recientes, casi el 93% de los pescados estaban etiquetados correctamente según su especie. Los productos mal etiquetados fueron retirados del mercado. Así pues, en general, el pescado y el marisco que compramos en Canadá son lo que dicen ser.
Si alguna vez cree que un alimento está mal etiquetado, puede decírselo al minorista o denunciarlo a la CFIA.
-News Canada