Rodrigo Díaz M.
Canadá y Estados Unidos han acordado aplicar el Acuerdo de Tercer País Seguro en toda la frontera terrestre compartida, en un esfuerzo por disuadir de los cruces irregulares de inmigrantes por entradas no oficiales como Roxham Road.
El cambio ya entró en vigor, según una declaración conjunta del primer ministro Justin Trudeau y el presidente estadounidense Joe Biden.
Canadá también ha aceptado acoger a otros 15 mil inmigrantes provenientes del hemisferio occidental durante el próximo año como parte del acuerdo.
El acuerdo se produce durante el primer viaje oficial de Biden a Canadá como presidente de los Estados Unidos. Los detalles se dieron a conocer poco después de que terminara de pronunciar un discurso ante una sesión conjunta del Parlamento en la Cámara de los Comunes.
Desde el 2004, el Acuerdo sobre Terceros Países Seguros (STCA) exige que los solicitantes de asilo presenten su solicitud en el primer país “seguro” al que lleguen. En la práctica, ha supuesto que los funcionarios de fronteras de Canadá devuelvan a los solicitantes de asilo que se presentan en los puntos de control oficiales desde Estados Unidos. Pero no se les ha exigido que devuelvan a los solicitantes de asilo que cruzan irregularmente por lugares como Roxham Road, en Quebec.
El año pasado, casi 40 mil inmigrantes entraron en Canadá por Roxham Road, según datos federales. Sólo en diciembre, 4.689 migrantes entraron por este paso, más que todos los posibles refugiados que llegaron a Canadá en el 2021.
El creciente número de inmigrantes que cruzan Roxham Road y otros puntos de entrada no oficiales, como Emerson, en Manitoba, ha puesto a prueba los recursos de las comunidades cercanas, especialmente Montreal, y ha provocado llamamientos del primer ministro de Quebec, François Legault, y del líder conservador, Pierre Poilievre, para que el Gobierno federal cierre Roxham Road por completo.
La inmigración a través de la frontera norte también ha puesto a prueba a la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, cuyos agentes detuvieron en febrero a 628 inmigrantes que entraban ilegalmente desde Canadá, más de cinco veces más que en el mismo periodo del año anterior.
Estas cifras palidecen si se comparan con las de los inmigrantes procedentes de México, donde se produjeron unas 220 mil detenciones sólo en diciembre.
Los miembros republicanos de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, donde la inmigración en la frontera sur es una de las principales prioridades, han formado recientemente el nuevo Grupo de Seguridad de la Frontera Norte para argumentar que también es necesario reprimir la inmigración y el tráfico de fentanilo y opiáceos mortales en el norte.
Trudeau y Biden anunciaron que sus dos países reforzarán y ampliarán sus medidas multiinstitucionales contra el tráfico transfronterizo de drogas para hacer frente a este problema. Canadá también se unirá a los Estados Unidos en una “coalición global” para combatir las drogas sintéticas.
Los dos líderes anunciaron asimismo una serie de iniciativas conjuntas y de financiación, incluido un calendario para las primeras medidas de modernización del NORAD, el sistema de defensa continental compartido.
Canadá destinará parte de una inversión de 6.960 millones de dólares para la modernización de los sistemas de vigilancia a dos sistemas de radar en el horizonte que ampliarán las capacidades de vigilancia del NORAD más al norte y detectarán amenazas modernas en el Ártico procedentes de otras naciones como Rusia y China.
También se anunciaron nuevos fondos para apoyar a Haití, que se ha visto asolado por la mortífera violencia de las bandas y la escasez de suministros que han contribuido a alimentar la crisis más amplia de refugiados en el hemisferio occidental.
Estados Unidos, el gobierno haitiano y otros aliados han presionado a Canadá para que lidere una fuerza de seguridad internacional en Haití para detener la violencia, a lo que Trudeau y los oficiales militares se han opuesto.
En su lugar, Canadá invertirá 100 millones de dólares adicionales para proporcionar apoyo y equipamiento adicional a la Policía Nacional de Haití. Otras élites haitianas también se enfrentarán a sanciones.
Trudeau y Biden también prometieron un nuevo grupo de trabajo conjunto sobre energía, de un año de duración, que estará presidido por la ministra de Economía, Chrystia Freeland, y el coordinador presidencial especial de los Estados Unidos para infraestructuras globales. El grupo se centrará en las energías renovables, los vehículos eléctricos, los minerales críticos y la energía nuclear.