Por Raúl A. Pinto
A propósito del estreno de “Knock at the Cabin”, es tiempo de comentar que la mejor decisión tomada por M. Night Shyamalan fue dedicarse a producir sus películas de forma independiente. Hoy, lejos de la seguidilla de cintas de alto presupuesto y baja calidad a las que nos sometió por más de una década, la separación entre Shyamalan y los estudios tiene como resultado trabajos tremendamente atractivos.
Casi como un director debutante, todo lo que ha ocurrido en su carrera desde “The Visit” son creaciones perturbadoras y disfrutables en partes iguales. Y sí, incluyo “Glass” en la lista.
En su nuevo film, una familia de tres (los papás, Leonard y Andrew, y la pequeña hija de ambos, Wen), se encuentran vacacionando en una cabaña de algún lugar de Pennsylvania, cuando unos extraños personajes aparecen de la nada (el intimidante pero encantador Leonard primero y el aún más raro trio de Sabrina, Redmond y Adriane después), para avisarles que el apocalipsis viene, con plagas y desastres naturales y que, básicamente, son todos ellos, allí y ahora, los encargados de solucionar el entuerto… siguiendo unos pequeños procedimientos que incluyen sacrificios humanos.
Con las referencias a conceptos idiotas tan de moda hoy en día, como la cultura de la cancelación, las noticias falsas, las teorías conspirativas y la llamada “ideología de género”, “Knock at the Cabin” se maneja muy bien en el área del thriller y el suspenso, y de alguna manera juega con la idea que Shyamalan nos traerá una gran sorpresa al final de la cinta. En este caso, claro, la paranoia del fin del mundo es la que nos hace pensar que todo estaba en la mente de la niña o algo parecido. Jugar a “que nos trae Shyamalan” siempre es un deleite.
Dave Bautista carga muy bien la historia principal, demostrando lo buen actor que es – con lo bien que lo hizo en “Glass Onion”, en esta película tiene más espacio para demostrar su capacidad histriónica. Le siguen muy bien Jonathan Groff (el rey George de “Hamilton”), el inglés Ben Alridge, a quien recordamos por su particular apodo en la serie “Fleabag”, y la excelente debutante Kristen Cui, una niña de ocho años cumpliendo el típico rol shyamalanesco de “menor precoz” que Abigail Breslin, Haley Joel Osment y Spencer Treat Clark han lucido con orgullo en el pasado.
El conjunto de obras del director, escritor y productor y director, e incluyo aquí sus notables intervenciones en la televisión de la mano de “Wayward Pines” y “Servant”, han terminado poniéndolo en una posición muy especial entre los creadores del cine actual. El sabe muy bien lo que vale, conoce su nicho y su experticia, y cada vez nos sentimos más a gusto con él, como nunca antes. Vaya y vea “Knock at the Cabin”. Disponible en salas.