Rodrigo Díaz M.
Los campamentos de personas sin hogar están “aumentando visiblemente” en Canadá, según la Comisión Canadiense de Derechos Humanos, y para hacer frente a esta situación es necesario que todos los niveles de gobierno, ya sea federal, provincial o municipal, adopten el enfoque “Housing First” (la vivienda ante todo), afirman los expertos.
El enfoque “Housing First” identifica el derecho a la vivienda como la primera y principal necesidad de las personas sin hogar. Necesidades como el cuidado de los niños, la drogadicción o las necesidades médicas vienen después de que una persona tenga un hogar al cual regresar.
Según un informe encargado por la Oficina del Defensor Federal de la Vivienda, en la mayoría de los 25 municipios más poblados de Canadá se ha levantado al menos un campamento desde que comenzó la pandemia del COVID-19 en marzo del 2020. El informe también señalaba que Canadá carece de datos exhaustivos sobre campamentos de personas sin hogar.
En Canadá, más de 235 mil personas experimentan la falta de hogar en un año determinado, y entre 25 y 35 mil personas pueden estar experimentando la falta de hogar en una noche determinada, declaró Statistics Canada.
Si tomamos como ejemplo la ciudad de Toronto, aproximadamente 7.347 personas experimentan la falta de hogar cada noche en Toronto, según la Evaluación de Necesidades de la Calle 2021. Durante la pandemia, se produjo un aumento significativo de los campamentos en toda la ciudad de Toronto en 2020.
Sin embargo, el programa Reaching Home del gobierno federal ha evitado que más de 62 mil personas se queden sin hogar y ha facilitado en una vivienda a casi 32 mil personas sin hogar, según Infrastructure Canada.
El programa pretende reducir el número de personas sin hogar crónicas en un 50% para el 2028, proporcionando fondos federales a 64 comunidades designadas, las tres capitales territoriales, 30 comunidades indígenas y comunidades rurales y remotas de toda Canadá.
El gobierno federal ha anunciado que la financiación de Reaching Home casi se duplica hasta cerca de cuatro billones de dólares para los próximos nueve años. Esto incluye cerca de 700 millones de dólares para apoyar la respuesta del sector al COVID-19, así como los esfuerzos en la prevención y reducción de la falta de vivienda en todo el país.
Aunque el compromiso del gobierno federal de aes un paso realmente importante, críticos han afirmado que existen lagunas burocráticas y en las medidas reales que se toman para resolver el problema.
En un informe de noviembre, la auditora general Karen Hogan afirmó que no está claro si las iniciativas del gobierno federal están funcionando.
Según Hogan, ninguna organización ha asumido el liderazgo en el objetivo del gobierno federal de reducir el número de personas sin hogar crónicas en un 50% para el 2028.
El 8 de diciembre, la Comisión Canadiense de Derechos Humanos calificó los campamentos de personas sin hogar en Canadá de crisis de derechos humanos, y añadió que “un enfoque punitivo de los campamentos está fracasando”.
El problema de los campamentos de personas sin hogar no puede resolverse simplemente destinando recursos a los albergues o refugios, ya que no es una alternativa viable para muchas personas sin hogar.
Hay muchas personas sin hogar que no quieren ir a los refugios debido a las normas: muchos no permiten animales domésticos, drogas o alcohol; algunos no permiten que hombres y mujeres permanezcan juntos.
Además, el sistema de albergues está constantemente por encima de su capacidad, sobre todo en invierno.
El verdadero reto consiste en poner la financiación directamente en manos de las organizaciones comunitarias que cuentan con los conocimientos y la experiencia necesarios, junto con los planes locales para abordar los complejos problemas a los que se enfrentan diversas ciudades canadienses.