La República Checa celebra sus cien años de vida con una impresionante agenda y con epicentro en Brno, Olomouc, Pilsen, Český Krumlov y Praga, como los destinos turísticos más demandados, donde los visitantes disfrutan de una oferta muy variada: desde la más exquisita gastronomía, hasta una arquitectura hipnotizante.
Por Gabriela Trillo.
EFE/REPORTAJES.
Se cumple un siglo de la fundación de Checoslovaquia, un país centroeuropeo que surgió después de la primera Guerra Mundial. El 1 de enero de 1993 se dividió en dos países independientes: República Checa y Eslovaquia, y ambos celebran el centenario de su existencia en este año.
La impresionante arquitectura en ciudades como Praga, Pilsen, Pardubice, Olomouc y Brno heredada de los 20 años de “paz” –el periodo de tiempo que siguió a la Primera Gran Guerra- ha convertido a República Checa en un destino turístico muy demandado, pero con motivo de la celebración del centenario las actividades culturales lo hacen aún más atractivo.
Según la directora para España de la Oficina Nacional Checa de Turismo, Markéta Lehečková, “en el término de eventos de esta efemérides resaltaría los dos más importantes que se celebraron en Brno: primero el festival multidisciplinar Re:publica y la fantástica exposición del pintor y artista del Art Nouveau Alfons Mucha (1860-1939) “Dos Mundos”, que hasta el 31 de diciembre presenta nueve murales del ciclo ‘Epopeya Eslava’ y colecciones de pósteres”.
Respecto a las celebraciones en Praga, Lehečková indica a Efe que “el 28 de septiembre se inauguró, después de la reconstrucción, el Reloj Astronómico del Ayuntamiento de la Ciudad Vieja, y el 28 de octubre se abrirá de nuevo -después de la amplia reconstrucción de ocho años- el Museo Nacional. La noche del 27 de octubre, a las 20.00 horas, se proyectará sobre su fachada `El testigo de la historia´ dedicada al centenario”.
PAÍS CON UN INMENSO PATRIMONIO.
La directora afirma que todas las acciones promocionales en esta ciudad se enfocan en los elementos que se relacionan con el aniversario a través de la arquitectura y la época de la Primera República, entre las dos Guerras Mundiales, cuando el país vivió un auténtico esplendor y con ella mantenemos una entrevista.
— Markéta Lehečková (ML): La República Checa es un país con un inmenso patrimonio, que cuenta con 12 lugares protegidos por la Unesco como Patrimonio Mundial; más de 200 castillos y palacios abiertos al público; ciudades balnearias con mucha historia; impresionantes y diversos parques nacionales; además de una notable gastronomía, cultura y folclore.
–¿Qué ciudades de Chequia no se pueden dejar de visitar y por qué?.
— ML.- Si tengo que destacar tan sólo una, sería la ciudad de Brno. La segunda urbe más grande de la República Checa tiene el sobrenombre de “la ciudad de la música”, forma parte de la red de ciudades creativas de la Unesco y es la que más sorprende del país. Tiene un centro histórico muy interesante. Hablar de Brno es hacerlo sobre el patrimonio funcionalista de esta capital de Moravia. El funcionalismo tiene su máximo exponente en un cuarteto de villas: Stiassni, Löw- Beer, Jurkovic y Tugendhat, esta última considerada la obra maestra de Mies Van der Rohe, que está protegida por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
— ¿Cómo se vive en ella la Navidad?.
— ML.: La capital de Moravia es famosa por su escena universitaria y en Navidad no es una excepción. Este año la ciudad será la primera del país en acoger sus puestos – veinticuatro de ellos gastronómicos – y lo hará con el encendido del árbol y las luces de Navidad. El pistoletazo de salida lo marcará un espectáculo de luces y “video mapping” en la Plaza de La Libertad y dará comienzo a los ritmos del swing, el jazz o el pop que alternarán durante todas las fiestas. En Brno destacarán los December Design Days (DDD), una muestra donde diseñadores industriales, de moda y joyería presentan exclusivas colecciones la primera semana de diciembre.
TRES JOYAS MENOS CONOCIDAS QUE PRAGA.
— ¿Qué otras ciudades destacaría?.
— M.L.: Además de Praga, la reserva monumental más importante del país, destacaría a
Olomouc, una urbe que desde la Edad Media ha sido escenario de grandes acontecimientos de la historia checa y está considerada el centro espiritual e histórico de Moravia.
— ¿Qué podemos encontrar en ella?.
— ML. Olomouc es conocida por su impresionante Columna de la Santísima Trinidad, un conjunto escultórico de los más grandes de Europa Central. Pero guarda otros muchos tesoros como la catedral gótica de San Venceslao, el Museo Archidiocesano o la basílica situada en Monte Santo, un antiguo lugar de peregrinaje que ofrece bonitas vistas de la sosegada y fértil llanura de Haná y que en su día fue visitado por el Papa Juan Pablo II y por la Madre Teresa de Calcuta.
— ¿Alguna otra?.
— ML.- También destaco a Český Krumlov. Una de las localidades renacentistas más bellas de Europa y, después del Castillo de la capital, Praga, es el lugar más visitado. El emblema de la ciudad es su palacio, el segundo más grande del país, que guarda un tesoro: el teatro barroco original mejor conservado de Europa; aunque también merece una visita el jardín palaciego presidido por una espectacular fuente de cascadas. En este lugar se disfruta, como en ningún otro, de la gastronomía tradicional checa.
Y terminamos por la ciudad de Pilsen. Uno de sus atractivos es la fábrica de cervezas Prazdroj, que produce la famosa marca Pilsner Urquell, la primera cerveza rubia tipo pils que se ha preparado. Pero además destacan su Sinagoga Mayor, la segunda más grande de Europa y la tercera más grande del mundo fuera de Israel. Sirve para celebraciones litúrgicas religiosas, pero también como una impresionante sala de exposiciones y de conciertos.
EL ARTE DE LA REPÚBLICA CHECA.
–El arte es algo que resaltan mucho ¿cuáles son las exposiciones más importantes a visitar en estas fechas?.
— M.L.: En este momento, sin duda, la exposición “Dos Mundos”, de Alfons Mucha en Brno. Recomiendo también la visita del Museo Kampa, en Praga, en el que podemos disfrutar de la colección de Jan y Meda Mládek, con obras del pionero de la pintura abstracta, František Kupka y del escultor cubista Otto Gutfreund, además de diversas obras de artistas fundamentales del siglo XX.
En esta ciudad también recomiendo la visita de la Galería Nacional, la parte alojada en el edificio Veletrzni palác, que en su tiempo fue el más grande de su clase en todo el mundo, y en Praga el primero funcionalista, fue construido en 1928. Allí podemos admirar una extraordinaria colección de arte moderno francés y europeo con obras de Pablo Picasso, Georges Braque, Auguste Renoir, Vincent van Gogh o Gustav Klimt, entre muchos otros.
–¿Dónde encontrar un ambiente moderno y la industria de vanguardia?.
— M.L.: En Praga tendríamos que dirigirnos a los barrios Karlín y Holesovice; nos iríamos a Brno para disfrutar del diseño en la calle con sus famosos bistrós y cafés. Pero también en Ostrava, cerca de la frontera con Polonia. Tampoco me perdería la visita del complejo de Dolni Vitkovice aunque fuera “solo” para disfrutar de uno de los festivales al aire libre más importantes de música “Colours of Ostrava” o “Beats for Love” (ambos se celebran en julio).
— Si solo tuviéramos cinco días para conocer la República Checa ¿qué recomendaría visitar?.
— M.L.: Dos días los dedicaría a Praga y el resto para emprender una ruta por Olomouc y Brno, o hacer las excursiones desde Praga hacia Pilsen, Kutná Hora, Terezín o Karlovy Vary. Los amantes de naturaleza tienen muy cerca de Praga los impresionantes espacios naturales: El Paraíso Checo y La Suiza de Bohemia.
–En el aspecto gastronómico ¿qué resaltaría?.
— M.L.: La cocina tradicional checa es la cocina centroeuropea, no tiene mucha fama, pero es rica y sus sabores son variados. Son típicas las sopas y caldos, en verano hablamos más sobre caldos y en invierno de sopas espesas de patatas, setas, con col agridulce y cremas de verduras variadas.
Usamos la carne de cerdo, de pollo y de ternera, y la cocina cuenta con la gran oferta de acompañamientos elaborados de harina, entre ellos los knedliky, bolas de harina que sustituyen el pan y dependiendo qué tipo de carne acompañan, pueden ser o de pan o de patata. También se sirven rellenos de carne ahumada y pueden tener también la variedad dulce (rellenos de fruta de temporada, servidos con requesón rallado, azúcar y mantequilla).
Los platos principales suelen ser carnes con salsas, acompañados mayormente por los knedliky o carnes asadas, el plato nacional es la carne de cerdo asada con col agridulce rehogada con knedlík, o el pato asado.
La repostería es buenísima, se utiliza mucho el requesón, cerca de Olomouc se fabrica el único queso que tenemos en el país con la denominación de origen y también tenemos las semillas de amapola molida y las mermeladas. Y no nos podemos olvidar del vino, el vino blanco de la región de Moravia del Sur tiene una excelente calidad.
En la visita de la República Checa lo recomiendo probar todo, un restaurante clásico, una taberna tradicional o un bistró a la última. Creo que los disfrutarán todos.