Rodrigo Díaz M.
La Autoridad Aeroportuaria del Gran Toronto (GTAA), que gestiona el aeropuerto Pearson, ha anunciado recientemente que aumentará tanto la tasa de mejora del aeropuerto (AIF) que se cobra a los pasajeros como las tarifas aeronáuticas que se cobran a las compañías aéreas.
Los aumentos entrarán en vigor en enero y se espera que ayuden a financiar el aumento de personal y las renovaciones del aeropuerto.
La AIF, que actualmente es de 30 dólares para los pasajeros de salida y de 6 dólares para los viajeros en conexión, aumentará a 35 y siete dólares, respectivamente, a partir del 1 de enero de 2023. En la época anterior a la pandemia, los pasajeros pagaban 25 y cuatro dólares, respectivamente.
Antes de eso, las tasas no habían subido en más de una década.
En comparación, esas tasas en los aeropuertos estadounidenses tienen un tope de 18 dólares por viaje de ida y vuelta, por pasajero.
Además, los aviones que aterricen en Pearson pagarán un 4% más a partir de enero. Un avión típico que llega al aeropuerto paga ahora unos 4.875 dólares, que aumentarán a algo más de cinco mil dólares.
La subida de las tarifas en Pearson ha suscitado algunas críticas de las compañías aéreas y otros grupos del sector de la aviación y los viajes.
Uno de los puntos de controversia es que los aumentos se producen en un momento en que el servicio del aeropuerto y de las aerolíneas, especialmente en Pearson desde principios de este año, ha empeorado.
La situación en el aeropuerto de Pearson el pasado verano fue descrita a menudo por los viajeros y otras personas como “caótica”, ya que los vuelos se retrasaban o cancelaban directamente y el equipaje a menudo no llegaba al lugar correcto.
Las largas colas en las terminales y la falta de personal también contribuyeron a la frustración general de los viajeros.