Rodrigo Díaz M.
Rusia advirtió esta semana que tomará rápidamente “medidas de represalia” si Estados Unidos y sus aliados rechazan sus demandas de seguridad sobre la OTAN y Ucrania, aumentando la presión sobre Occidente en medio de la preocupación de que Moscú esté planeando invadir a su vecino.
El gobierno ruso ha negado repetidamente que tenga tales intenciones, pero a Estados Unidos y a sus aliados de la OTAN les preocupa que Rusia el despliegue unos 100 mil soldados cerca de Ucrania.
Rusia ha exigido garantías de que la OTAN nunca admitirá a Ucrania ni a otras naciones ex soviéticas como miembros y que la alianza reducirá el despliegue de tropas en otras naciones del antiguo bloque soviético.
Algunas de estas exigencias, como el compromiso de adhesión, no son válidas para la OTAN, lo que crea un estancamiento aparentemente irresoluble que muchos temen que sólo pueda acabar en una guerra.
En declaraciones a los legisladores, el ministro de asuntos exteriores ruso, Sergey Lavrov, dijo que él y otros altos funcionarios asesorarán al presidente Vladimir Putin sobre los próximos pasos a dar tras recibir las respuestas por escrito de Estados Unidos a las demandas.
“Si Occidente continúa su curso agresivo, Moscú tomará las medidas de represalia necesarias”, dijo Lavrov. Pero indicó que Rusia no esperará eternamente. “No permitiremos que nuestras propuestas se ahoguen en discusiones interminables”, dijo.
Lavrov también se burló de los temores de una inminente invasión, diciendo que “nuestros colegas occidentales se han dejado llevar por un frenesí militarista”, añadiendo sardónicamente que “la propia élite ucraniana se ha asustado un poco por el miedo occidental”.
A principios de este mes, Lavrov se negó rotundamente a descartar el despliegue de activos militares rusos en Cuba y Venezuela si no se cumplían las exigencias de seguridad de Moscú.
Los ministerios de defensa de ambos países estaban planeando más contactos para reforzar la cooperación militar, según declaró el embajador ruso en Cuba, Andrei Guskov.
La OTAN dijo esta semana que estaba reforzando su capacidad de disuasión en la región del Mar Báltico y Estados Unidos ordenó que 8.500 soldados estuvieran en alerta máxima para un posible despliegue en Europa. Los países occidentales también han enviado aviones cargados de armas para ayudar a Ucrania a reforzar sus defensas.