Por Raul A. Pinto
Los mejores estrenos para disfrutar este último mes del 2021. Tome nota.
“West Side Story” (conocida en Latinoamérica como “Amor Sin Barreras”) es la segunda adaptación de la obra musical de 1957, que fuera estrenada en formato cine en 1961, y se ganara diez Premios Oscar en el camino.
Esta versión libre del “Romeo y Julieta” de Shakespeare, toma forma de la mano de Steven Spielberg, a quien además de considerar un genio en sus primeros treinta años de carrera tengo como uno de los directores más inventivos y menos valorado del siglo XXI. “West Side Story” es una maravilla, un portento, y una película armada con soltura, con don Steven dejando volar sus habilidades para contar cuentos.
Para quienes no conocen la trama, una adolescente puertorriqueña en Nueva York se enamora de un joven blanco de su misma edad. El problema es que ambos son familiares de pandilleros rivales en el área, y cuando la familia sepa del amor que se tienen no es precisamente una celebración lo que se espera.
Tal como en “Lincoln” o en “Puente de Espías” (y también, más o menos, en “Minority Report”), el director deja el mayor peso de la historia en los hombros de los personajes principales, entendiendo que la poderosa idea original del romance prohibido entre María (Rachel Zegler) y Tony (Ansel Egort) es la puerta perfecta para hablar de discriminación racial, masculinidad toxica e inmigración. El mérito de esto también lo tiene el guionista Tony Kushner, quien ya escribiera para Spielberg las obras maestras que fueran “Munich” y “Lincoln”, además de su mejor trabajo individual, la obra teatral “Angels in America”. Kushner sale más que airoso en no solamente adaptar, sino mejorar (repito, MEJORAR) la historia original, la cual además de tomarse licencias en Shakespeare incluyó sin mayor análisis el estereotipo del latinoamericano machista y tozudo hasta la estupidez. Para rematar esta gran cinta sumemos las actuaciones perfectas de Ariana de Bose, David Alvarez, y la nonagenaria Rita Moreno, ganadora del Oscar por su papel de Anita en la cinta original hace sesenta años atrás. De más está decir que Janusz Kaminski en la fotografía sigue revitalizando el cine contemporáneo con la espectacularidad esperada. Disponible en salas.
Hablando de grandes directores, uno de los más importantes en el grupo de los emergentes es Sean Baker, con dos clásicos del cine independiente de los 2010’s, “Tangerine” y “The Florida Project”. Esta semana se estrena su nueva cinta. “Red Rocket”. En ella, un actor pornográfico vuelve a su pueblo natal tras perderlo todo. Allí se reencuentra con su ex esposa, de quien nunca se divorció, comienza a vender marihuana en la plaza local, a dar vueltas con su vecino con auto para llevarlo a todas partes, y a deambular por el pueblo hasta que conoce a Strawberry, una joven de 17 años, a la que él, en la mitad de sus cuarenta años quiere en todos los sentidos de la palabra. Hashtag, vergüenza ajena.
“Red Rocket”, de la prestigiosa productora A24 y traída a Canadá por Mongrel Media, es en parte una inteligente comedia sobre los mal llamados “white trash”, personas de raza caucásica que viven en la pobreza, como los de “Al Calor de la Noche”, “¿Y a quien le teme Gilbert Grape?” “8 Millas” o “Junebug”. En este caso hay mayor diversidad étnica, curiosamente poniendo a una mujer asiática como dueña de la tienda de donas y una familia Afro Latina a cargo del negocio de drogas.
Pero también, y más importante aún, la cinta es un estudio del narcisismo, con un trabajo estelar de Simon Rex: Mikey Saber se ama a sí mismo y a nadie más, pero es tan encantador que todos le dejan hacer lo que quiere: su ex lo deja entrar en su casa y en su cama, su vecino lo lleva para donde quiera y se deja llevar por la influencia de su “amigo”, la jefa del cartel le da oportunidades para no sufrir daño alguno por parte de sus otros dealers, la dueña de la tienda lo deja entrar y salir, y Strawberry, con la ingenuidad y el sarcasmo cínico propio de una adolescente, lo quiere como es. Pero al mismo tiempo todos terminan sufriendo las consecuencias de su amistad, y Mikey, hombre, blanco, y heterosexual, abraza sus privilegios como si los mereciera, esperando lograr a su mayor meta: volver a las grandes ligas de la pornografía mundial, donde, según cuenta el mismo, ha ganado el premio al mejor actor más de una vez. Es problemático que “Red Rocket” presente escenas de sexo demasiado explicitas entre un hombre de más de cuarenta años y una menor de edad que esta “a punto” de cumplir 18. Con el respeto que le tengo al director, en nuestros tiempos, el sexo gratuito y las referencias a lo que sería considerado estupro en la mayoría de los países del mundo no siempre es entendido por “audiencias maduras”. Aunque sabemos que Strawberry está interpretada por una mujer cercana a los treinta (la debutante Suzanna Son), es un poco incómodo saber que estamos viendo a una “menor” tocando el piano y cantando su versión blusera de “Bye Bye Bye” de los NSYNC totalmente desnuda, mientras Mikey le envía el video de ellos teniendo sexo hace pocos minutos a un productor pornográfico en California sin que ella lo sepa. “Red Rocket” es una película para adultos, y más vale tomarlo en cuenta. Disponible en salas.
Estrenada pocos días después de “The Last Duel”, “House of Gucci” es la segunda película de Ridley Scott en el el 2021. Protagonizada por la popular cantante Lady Gaga, y un impecable elenco compuesto por Adam Driver, Al Pacino, Jared Leto, Jeremy Irons y Salma Hayek, la película cuenta la historia real de los eventos que llevaron al asesinato de Maurizio Gucci a manos de su ex esposa, Patrizia Reggiani, en 1995.
La historia es bastante interesante, y Ridley Scott (“Alien”, “Blade Runner”, “Gladiador”, “Thelma y Louise” y “La Caida del Halcon Negro”, entre muchas otras) usa todas sus habilidades para darle credibilidad a su película, aunque lamentablemente choca con la insistencia del destacado director de incluir a actores estadounidenses hablando inglés con un acento italiano que desluce y hacer perder fuerza a casi todos los principales (incluyendo a Al Pacino, el mismísimo Michael Corleone), salvándose solo, con mucha destreza, Lady Gaga, Adam Driver y Jeremy Irons. El segundo problema de la película es que la saga de la familia Gucci es interesantísima, pero la película inexplicablemente estira cada escena cuando no hay necesidad de hacerlo, y abruptamente resuelve la trama en pocos segundos. Ridley Scott está en su mejor forma, pero “House of Gucci”, a pesar de no ser aburrida, no es la mejor de su repertorio. Disponible en salas.
Otra gigante del cine mundial, Jane Campion, vuelve al cine tras su celebrada serie de televisión “Top of The Lake”. Su nueva película se llama “The Power of The Dog”, y ha sido considerada como una de las mejores cintas del año. Con justa razón. En este western íntimo, las vidas de los hermanos Phil y George Burbank se entrelazan con la viuda Rose Gordon y su hijo, el silencioso y gentil Peter. George y Rose se casan, se mudan a vivir juntos, y envían a Peter a estudiar medicina, mientras Phil deambula por la casa con actitud de macho y patriarca, incluyendo un fuerte acoso verbal hacia su cuñada y su medio-sobrino. Por supuesto, Phil tiene más corazón de lo que se cree, y una fuerte melancolía por su fallecido mentor, con quien parecía tener una atracción mas que platónica. Y por supuesto, su actitud violenta daña a su familia, hasta llevar a Rose al alcoholismo, lo cual parece no mejorar cuando Phil y Peter parecen crear una inusual amistad. Jane Campion (autora de una película esencial para los amantes del cine, “La Lección de Piano”), apunta aquí sus temas habituales, especialmente la alternancia entre sexualidad, sensualidad, cariño y violencia; Los juegos de miradas de sus actores son su especialidad, al igual que la increíble capacidad de hacernos olvidar que estamos ante una recreación de época. El cuarteto de actores principales brilla con luz propia, partiendo por Kirsten Dunst, Benedict Cumberbatch, Jesse Plemons y la revelación del año, Kodi Smit-McPhee. Un clásico inesperado y maravilloso, da gusto ver “The Power of The Dog” mas de una vez, disfrutando las miserias de la vida con una historia que solo Jane Campion podría entregarnos. Disponible en Netflix.
Para ver en familia, “Clifford the Big Red Dog” es perfecta. Pero como película en sí, no lo es tanto. Las aventuras del cachorro de color rojo que termino creciendo desmesuradamente debido a todo el amor recibido no alcanza a llegar a los niveles de ternura de la serie original, y termina presentando algunos chistes no muy graciosos, y una historia deficiente. En otras palabras, no es Pixar, ni Disney, ni Ghibli ni Aardman, que nos metieron en la terrible costumbre que las películas para menores debían ser igualmente satisfactorias para adultos. Algo tengo que decir, eso sí. La película no es infumable, y de todas maneras sus pequeños disfrutaran de la historia enormemente. Disponible en salas.