Rodrigo Díaz M.
El Papa Francisco ha aceptado visitar Canadá para contribuir a los esfuerzos de reconciliación con los pueblos indígenas que se están llevando a cabo tras las impactantes revelaciones sobre el papel de la Iglesia católica en los abusos y muertes de miles de niños nativos.
En un breve comunicado publicado hoy, la oficina de prensa de la Santa Sede dijo que la Conferencia Canadiense de Obispos Católicos ha invitado al Papa a realizar un viaje apostólico a Canadá “también en el contexto del proceso pastoral de reconciliación con los pueblos indígenas que se lleva a cabo desde hace mucho tiempo”.
El Papa Francisco “ha manifestado su disposición a visitar el país en una fecha que se fijará a su debido tiempo”, dice el comunicado.
La peregrinación podría ser la ocasión para una disculpa papal que ha sido exigida por muchos en Canadá.
El Papa ya aceptó reunirse en diciembre con los supervivientes indígenas de las escuelas residenciales de Canadá, en medio de las peticiones de una disculpa papal por el papel jugado por Iglesia católica en la consolidación del sistema de internados.
La conferencia episcopal aseguró que el pontífice había invitado a las delegaciones al Vaticano y que se reuniría por separado con tres grupos: Primeras Naciones, Metis e Inuit durante su visita del 17 al 20 de diciembre. El Papa presidirá una audiencia final con los tres grupos el 20 de diciembre.
A principios de este año, investigadores de Canadá informaron del hallazgo de cientos de tumbas sin marcar en los emplazamientos de dos internados para niños indígenas. Los descubrimientos (más de 600 tumbas en una escuela y 215 cuerpos en otra) reavivaron los llamamientos que el Papa presentara una disculpa formal.
Desde el siglo XIX hasta la década de 1970, más de 150 mil niños indígenas fueron obligados a asistir a internados cristianos financiados por el gobierno en una campaña para asimilarlos a la sociedad canadiense. Miles de niños murieron allí por enfermedades y otras causas; otros nunca volvieron con sus familias.
Casi tres cuartas partes de los 130 internados estaban dirigidos por congregaciones misioneras católicas romanas. Otros fueron dirigidos por la Iglesia presbiteriana, anglicana y la Iglesia Unida de Canadá, que hoy es la mayor confesión protestante del país. El sistema de internados continuó bajo el control del gobierno federal hasta principios de la década los 90.
El gobierno canadiense se disculpó formalmente por la política y los abusos en 2008. Además, las iglesias presbiteriana, anglicana y unida han pedido disculpas por su papel en los abusos.