Vivimos tiempos de crisis y cambio. La familia, los valores, el trabajo, las relaciones sociales y la economía se alejan de las certezas y puntos de referencia. El psicólogo Roberto Crobu explica como llevar el timón de nuestra vida y mantener el rumbo en aguas agitadas y a merced de corrientes imprevisibles.
DESTACADOS.
— Hay que “tomar consciencia de que la incertidumbre está ahí fuera: siempre estuvo y siempre estará, y que la cuestión no es tratar de controlar especulativamente los factores incontrolables, sino de centrarnos en los que dependen de nuestras acciones”, señala el psicólogo italiano Roberto Crobu, en entrevista con Efe.
— Para el director de Öptima Coaching, la actitud de “liderar la incertidumbre en nuestra vida” la mueve la ilusión, el afán de aprender y mejorar, y la auto-determinación, e implica asumir el riesgo de tomar decisiones y la posibilidad de equivocarse, como condición de un aprendizaje para el crecimiento” personal.
— Para Crobu la posibilidad del error es lo que hace que puedan existir caminos distintos para conseguir un objetivo. “Gracias a la incertidumbre, no solo podemos equivocarnos, sino que podemos mejorar sensiblemente un resultado esperado”, afirma.
Periódicamente se reedita un poster de la década de 1970 que muestra a un mono en actitud ‘reflexiva’ junto a la leyenda “Cuando conocía todas las respuestas, me cambiaron todas las preguntas…”. Mantiene su vigencia y probablemente nunca la perderá, aunque en el futuro lo veamos en pantallas electrónicas, unas gafas de realidad virtual o un dispositivo aún inimaginable.
Aunque el ritmo al que cambia la realidad y se desdibuja el paisaje familiar de las certezas parece ser hoy más acelerado y la dirección de los hechos imprevisible, “en la vida la incertidumbre y el cambio son la regla y no la excepción”, según el psicólogo italiano Roberto Crobu, director de Öptima Coaching (www.optimacoaching.es).
“La incertidumbre es algo intrínseco al devenir de las cosas (naturales) y es un error querer eliminarla de nuestra vida y luchar contra ella” según este especialista, autor del libro ‘Camino al Cambio’, que explica en entrevista con Efe, como “tomar las riendas de la vida de uno mismo en un contexto cambiante e incierto o ante un panorama desalentador como el actual”.
Según Crobu, hay diferencias entre “liderar nuestra vida en la incertidumbre” (LVI) y “liderar la incertidumbre en nuestra vida” (LIV), y para explicarlas recurre a un ejemplo marítimo.
“Lo primero, la actitud LVI, tiene que ver con tratar de mantenerse “a flote” en un mar removido, sin tener control de nuestra embarcación, dando tumbos entre el oleaje, tratando de soportar lo que ocurre de forma pasiva, ya que las corrientes, el oleaje y el viento controlan situación. No hay nadie al timón ni rumbo que seguir y, a veces, no hay timón o se perdió”, explica.
LLEVANDO EL TIMÓN DE NUESTRA VIDA.
Según este psicólogo “en este caso el objetivo es meramente especulativo: mantenerse aprovechando lo que hay y lo que llega, con la esperanza de que no nos haga mucho daño, o la expectativa (falsa) de poder controlar aquello que se escapa a nuestro control”.
Lo segundo, la actitud LIV, según Crobu se relaciona con “marcar un rumbo y tenerlo presente pase lo que pase, siendo conscientes que hay factores que no controlamos, pero sí que podemos controlar cómo nos afectan”.
En este caso se “toma consciencia de que la incertidumbre está ahí fuera: siempre estuvo y siempre estará, y que la cuestión no es tratar de controlar especulativamente los factores incontrolables, sino de centrarnos en los que dependen de nuestras acciones”, explica este profesional.
“Liderar nuestra vida en la incertidumbre está impulsado por energías como el miedo y el temor al fracaso, a la equivocación o a la pérdida, y la falsa expectativa de que para tomar decisiones es necesario maximizar el margen de seguridad y eliminar la incertidumbre: bajo este lema, si no estamos seguros de qué hacer y/o como hacerlo, no hacemos nada”, señala Crobu.
En cambio “liderar la incertidumbre en nuestra vida está movido por la ilusión, el afán de aprender y mejorar, y la autodeterminación, e implica asumir el riesgo de tomar decisiones y la posibilidad de equivocación o fallo, como condición (en ocasiones necesaria) para un aprendizaje para el crecimiento” personal, indica a Efe el director de Öptima Coaching.
“Bajo este lema, si no estamos seguros de qué hacer o cómo hacerlo, tomaremos una determinación y seguiremos avanzando porque sabemos que no tendremos oportunidad de saberlo hasta haberlo intentado”, puntualiza este profesional.
APRENDIENDO DE LOS ERRORES PARA AVANZAR.
En opinión de Crobu “aprender a convivir con la incertidumbre e integrarla en nuestro objetivo es beneficioso, porque cuando entendemos que más vale “ocuparse” de lo que podemos hacer para conseguir lo deseado, nos damos cuenta que dirigirnos hacia ello implica la posibilidad de equivocarnos. Pero también podríamos errar al tratar de eliminar lo que no queremos de nuestras vidas…” .
“En definitiva, el error siempre está ahí como posibilidad. Ahora bien, ¿que preferimos elegir: la posibilidad de equivocarnos luchando contra lo no deseado, o la posibilidad de equivocarnos para conseguir lo deseado…?”, reflexiona este psicólogo.
Para Crobu la posibilidad del error es lo que hace que puedan existir caminos distintos para conseguir un objetivo. “Gracias a la incertidumbre, no solo podemos equivocarnos, sino que podemos mejorar sensiblemente un resultado esperado”, afirma.
Para tomar las riendas de nuestra vida en un entorno incierto o desalentador, Crobu aconseja “centrarnos en lo que podemos controlar ahora, y lo que podemos hacer en este momento para controlarlo, antes que preocuparnos por lo que puede pasar en el futuro”.
“Hay personas que buscan trabajo en una gran empresa pensando que esto les da más garantías de seguridad económica en un futuro, antes que emprender su propio camino profesional, pero esa seguridad realmente no existe, ya que mañana podría ser más barato producir en otro país, y la empresa llevarse allí su planta y su tecnología, dejando en el paro a sus empleados”, dice Crobu.
Según el autor de ‘Camino al Cambio’ “trabajar para otros no es más seguro que trabajar para uno mismo. La cuestión estriba en que la persona que cede el control de su seguridad y de sus decisiones en manos de otros, hará que otros decidan por ella”.
“Más vale entonces hacer lo que uno más desea y lo que más le completa en su propia vida. Nuestros deseos sí que son una cosa nuestra, personal e intransferible: ¡más vale ser coherentes con ellos, y ocuparnos de darles oportunidad de concretarlos, antes que darle la oportunidad a nuestros propios miedos!”, remata.
Ricardo Segura.
EFE/REPORTAJES.-