Rodrigo Díaz M.
Mary Simon ya es oficialmente la nueva gobernadora general del país y la primera persona indígena que ocupa el cargo, tras una ceremonia de investidura celebrada en Ottawa hoy por la mañana.
Trudeau fue una de las pocas personas a las que se les permitió presenciar la ceremonia en persona, ya que las directrices de salud pública han establecido límites de asistencia y requisitos del uso de mascarillas.
Simon fue recibida en el edificio del senado por un círculo de tambores de las Primeras Naciones y acompañada por un tamborilero tradicional inuit en su camino hacia la cámara del senado.
Dentro de la cámara, una lámpara de aceite tradicional inuit permaneció encendida durante la ceremonia.
El primer discurso de Simon como gobernadora general se centró en los temas de la reconciliación y la juventud, así como en sus promesas de trabajar para promover soluciones al cambio climático lideradas por las comunidades.
Habló de la necesidad de equilibrar la “tensión del pasado” con la “promesa del futuro”, y prometió llevar a cabo su trabajo con “humildad y propósito”.
Habló tanto en inglés como en inuktituk, que domina, así como en francés, que no habla con fluidez, pero ha prometido aprender.
Trudeau dijo que Simon será capaz de tender puentes entre canadienses de diferentes orígenes y que aporta un sólido historial de servicio público al cargo.
“Me siento inspirado por la naturaleza histórica de este momento, en el que nuestro país sigue aceptando las difíciles realidades de nuestro pasado colectivo”, dijo Trudeau en una declaración sobre su juramento.
“Sé que, como primera gobernadora general indígena de Canadá, Simon se dedicará a ayudarnos a enfrentarnos juntos a estas difíciles verdades, a recorrer el camino compartido de la reconciliación y a tender puentes entre todos los que llaman hogar a nuestro país”.
Aunque los niveles de vacunación en todo el país siguen aumentando, la toma de posesión de Simon fue un asunto marcadamente más íntimo para los asistentes en persona.
Tradicionalmente, las ceremonias de sus predecesores han atraído a centenares de personas, entre ellas ministros del gabinete, senadores, diputados, dignatarios e invitados, que se agolpaban en el espacio del Senado.
Este año, sólo 44 personas asistieron en persona, con muchas más viendo la ceremonia en directo en todo el país, debido a las restricciones de salud.