Rodrigo Díaz M.
Hombres armados asesinaron al presidente de Haití, Jovenel Moïse, e hirieron a su esposa en su casa a primera hora de hoy, infligiendo más caos en el inestable país caribeño que ya estaba soportando una escalada en la violencia de bandas, protestas antigubernamentales y un reciente aumento de las infecciones por COVID-19.
Claude Joseph, el primer ministro interino, confirmó el asesinato y dijo que la policía y el ejército tenían el control de la seguridad en Haití, donde una historia de dictadura y agitación política han obstaculizado durante mucho tiempo la consolidación de un gobierno democrático.
Moïse, de 53 años, llevaba más de un año gobernando por decreto después de que el país no celebrara elecciones y la oposición exigiera su dimisión en los últimos meses.
Es probable que Joseph dirija Haití por ahora, aunque eso podría cambiar en una nación en la que las disposiciones constitucionales no se cumplen con regularidad.
El ex presidente Michel Martelly, al que Moïse sucedió, dijo que estaba rezando por la primera dama Martine Moïse, y calificó el asesinato de duro golpe para el país y para la democracia haitiana.
Joseph dijo que Martine Moïse, de 47 años, recibió un impacto de bala y se encuentra en un hospital. Condenó el asesinato del presidente como un “acto odioso, inhumano y barbárico”.
“La situación de seguridad del país está bajo el control de la Policía Nacional de Haití y de las Fuerzas Armadas de Haití”, dijo Joseph en un comunicado de su oficina. “La democracia y la república vencerán”.
En el comunicado, Joseph dijo que los atacantes hablaban español o inglés y que estaban altamente entrenados y fuertemente armados.
El primer ministro Justin Trudeau también condenó el ataque, diciendo que “Canadá está listo para apoyar al pueblo de Haití”, en un tuit.
Moïse fue asesinado un día después de haber nombrado a Ariel Henry, un neurocirujano, como nuevo primer ministro de Haití. Joseph asumió el cargo de primer ministro interino en abril tras la dimisión del anterior primer ministro, Joseph Jouthe.
Los problemas económicos, políticos y sociales de Haití se han agravado recientemente, con un fuerte aumento de la violencia de las bandas en Puerto Príncipe, una inflación disparada y la escasez de alimentos y combustible en un país donde el 60% de la población gana menos de 2 dólares al día.
Estos problemas se producen mientras Haití sigue tratando de recuperarse del devastador terremoto de 2010 y del huracán Matthew que azotó a la nación en 2016.
En los últimos meses, el presidente se enfrentó numerosas protestas que se volvieron violentas cuando los líderes de la oposición y sus partidarios rechazaron sus planes de celebrar un referéndum constitucional con propuestas que reforzarían la presidencia. En los últimos meses, los líderes de la oposición exigieron que dimitiera, argumentando que su mandato terminaba legalmente en febrero de 2021.