Rodrigo Díaz M.
Health Canada está aplazando la distribución del primer envío de la vacuna COVID-19 de Johnson & Johnson después de que se descubriera que las dosis que llegaron el miércoles pasado fueron procesadas en la misma planta estadounidense que ha estado sumida en problemas de control de calidad.
New York Times publicó por primera vez, a principios de este mes, informes sobre problemas en una planta de Baltimore, Maryland, dirigida por Emergent BioSolutions, donde se fabricaban las vacunas de AstraZeneca-Oxford y de Johnson & Johnson.
Emergent anunció a principios de este mes que 15 millones de dosis de esta última se habían estropeado por contaminación cruzada, un hecho que llevó a la Casa Blanca a poner a Johnson & Johnson a cargo de la instalación.
Canadá ha recibido 300 mil dosis esta semana, según informó Health Canada.
Esas vacunas sólo se distribuirán una vez que Health Canada se asegure de que cumplen con sus “altos estándares de calidad, seguridad y eficacia”, dijo el departamento federal en un comunicado ayer por la noche.
Health Canada aseguró que sigue “confiando” en que los 1,5 millones de dosis de vacunas de AstraZeneca, importadas de la misma instalación, cumplen las especificaciones de calidad.
El departamento dijo previamente que las dosis de J&J que Canadá esperaba no procedían de la planta de Baltimore.
La interrupción de la distribución de la vacuna de J&J por parte de Health Canada supone un revés para los esfuerzos del país por avanzar con su proceso de vacunación nacional en medio de la tercera ola de la pandemia.
También supone el último obstáculo para la vacuna de dosis única, que ha sido largamente esperada en las regiones más afectadas como una forma de inmunizar rápidamente a las poblaciones vulnerables.
Health Canada aprobó la vacuna en marzo, y el lunes actualizó su etiquetado para reconocer el riesgo de coágulos sanguíneos poco frecuentes pero graves.
La medida se adoptó tras una breve pausa en Estados Unidos en su propio sistema de vacunación para investigar los informes sobre coágulos sanguíneos, que se han producido en 15 de los aproximadamente 6,8 millones de estadounidenses que recibieron la vacuna, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.