Por Raúl A. Pinto
Un interesante drama sobre asiáticos-estadounidenses en busca de un sueño, y Nicolas Cage destrozando monstruos asesinos son las recomendadas de esta semana.
SI quisiéramos resumir la trama de “Boogie” en una frase sencilla, ésta sería “joven étnico busca triunfar en el básquetbol”. Pero este drama, dirigido y escrito por Eddie Huang, queda un poco corto en sus ambiciones. A pesar de esto, vale la pena darle una mirada por diversas razones.
Alfred Chin, conocido como “Boogie”, vive en el barrio de Queens, en la ciudad de Nueva York, y ha demostrado su excelente talento en el básquetbol. Aún así sus padres, individuos disfuncionales, cada uno a su modo, intentan convencerlo de seguir la tradición de las familias chino-estadounidenses de seguir una carrera universitaria en una institución prestigiosa.
El director Huang, quien estuvo a cargo de la serie documental “Huang’s World” en Viceland, tenía muy claras las expectativas al escribir su guion: mostrar su cultura de manera auténtica en una industria que aún no logra la cuota de diversidad que los tiempos piden. Es una historia bastante original, con un protagonista carismático y talentoso, pero tiene problemas en sus diálogos, algo planos, y está en serio riesgo de caer en estereotipos demasiado baratos. El gran mérito es, nuevamente, su acertada visión. Ciertamente “Boogie” es un interesante testimonio de una época, y tiene toda la pinta de convertirse en un clásico para muchas comunidades norteamericanas. Disponible en VOD.
Aunque ya fue estrenada hace un par de meses, Cineplex está ofreciendo “Willy’s Wonderland” para arrendar a través de streaming. Todo lo que Nicholas Cage ha estado haciendo últimamente va de la mano con su propia personalidad bizarra. Ha logrado, en sí mismo, convertirse en un fenómeno del cine B del siglo XXI, y su carrera hoy tiene en cantidades iguales motivos para reírse y para admirarlo.
Basada en un cortometraje adaptado por el guionista O.G. Parson, la refrescante historia llamó la atención del sobrino de Ford Coppola, atrayendo a su vez a inversores y casas productoras para hacer el largometraje.
Un vagabundo de carreteras (Cage) llega hasta un poblado cualquiera en medio de Estados Unidos, y acepta limpiar un centro de entretenimiento en pago por la reparación de su auto. En el lugar descubre rápidamente que los vetustos robots apilados en los rincones están vivos, y tienen ganas de asesinar y/o comer carne humana. Así de simple. El personaje, sin nombre, ha vivido lo suficiente como para importarle, y comienza a destruirlos uno por uno, para lograr tener el local impecable al día siguiente, literalmente separando los negocios de las distracciones de la vida (“trabajo es trabajo”, decía mi jefe en mis días de limpiador).
La película no busca nunca pedir disculpas por su trama obvia, lo cual termina jugando a favor: es una película de horror entretenidísima, que merece ser vista, dándole en el clavo al porqué películas del género de los 70’s (muy parecidas en el fondo a ésta) lograron el éxito perenne que tienen. Disponible en VOD.