La hipertensión no suele producir síntomas, salvo que sea severa. Es un mal silencioso que daña progresivamente el sistema vascular con consecuencias que pueden llegar a ser muy graves. La buena noticia es que se puede prevenir.
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+++ Según datos de la OMS, al menos uno de cada tres adultos del mundo padece hipertensión.
+++ La hipertensión también es un problema entre los más pequeños debido al incremento del sobrepeso y de la obesidad infantil, apunta Nieves Martell, presidenta de la Asociación de la Sociedad Española de Hipertensión – Liga Española para la lucha contra la hipertensión arterial (SEH-LELHA)-.
+++ “Si podemos prevenir y tratar la hipertensión de manera que se reduzca la posibilidad de padecer demencia, posiblemente disminuya también el número de casos de enfermedad de Alzheimer”, subraya el neurólogo Jesús Hernández Gallego.
El 7 de abril se celebra el día mundial de la salud para conmemorar la creación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que tuvo lugar en 1948. Cada año se elige un tema que pone de manifiesto una esfera de interés prioritario para la salud pública mundial. El elegido para la edición de 2013 es la hipertensión.
Según datos de la OMS, al menos uno de cada tres adultos del mundo padece hipertensión. En este sentido, Nieves Martell, presidenta de la Asociación de la Sociedad Española de Hipertensión – Liga Española para la lucha contra la hipertensión arterial (SEH-LELHA), aclara que la hipertensión “es la elevación crónica y mantenida de la presión arterial”.
UN PROBLEMA QUE AUMENTA CON LA EDAD.
Así, se considera que una persona es hipertensa cuando sus valores de presión arterial (que se miden en milímetros de mercurio) son iguales o superiores a 140 mm Hg, para la sistólica o máxima, y a 90 mm Hg, para la diastólica o mínima.
La OMS señala que el número de hipertensos aumenta con la edad, de modo que la enfermedad afecta a una de cada diez personas de entre veinte y cuarenta años, y a cinco de cada diez de entre cincuenta y sesenta.
No obstante, como apunta la doctora Martell, “la hipertensión también es un problema entre los más pequeños debido al incremento del sobrepeso y de la obesidad infantil”.
La especialista explica que el sobrepeso es la antesala de otras patologías como la hipertensión arterial o la diabetes de tipo 2, más propias de los adultos, pero que se observan cada vez más entre los jóvenes.
Las complicaciones derivadas de la hipertensión también se han adelantado. “Si antes las esperábamos a los cincuenta o sesenta años, ahora las estamos viendo a los cuarenta”, señala Martell.
La especialista subraya que la presión alta hace daño a las arterias con el transcurso del tiempo. Por ello, “desarrollar la enfermedad a una edad temprana implica que sus consecuencias pueden dejarse notar siendo todavía muy joven. Así, alguien con cuarenta o cuarenta y cinco años puede sufrir incluso un infarto de miocardio”.
La doctora hace hincapié en que la hipertensión es un factor de riesgo muy importante para la insuficiencia cardiaca y para cualquier tipo de cardiopatía isquémica.
“Es una de las principales causas de mortalidad en los países desarrollados. Además, se trata del factor de riesgo más importante para los ictus, ya sean hemorrágicos o isquémicos”, afirma.
“Con el tiempo, también es un factor de riesgo para la insuficiencia renal. Y, más a largo plazo, una hipertensión mal controlada puede dar lugar a demencia”, sostiene.
“El porcentaje de personas hipertensas aumenta de manera drástica a partir de los sesenta años, pasando del 25% ó 30% en adultos, al 65% ó 70% en ancianos.
“El resultado es una persona mayor con hipertensión leve persistente no tratada, que desarrolla fallos de memoria que no percibe -pero sí su familia- y que, a lo largo de un año inicia, además, fallos de lenguaje, ejecución motora y rinde menos en conocimiento adquirido”, apunta Jesús Hernández Gallego, médico adjunto del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Doce de Octubre de Madrid y profesor de la Universidad Complutense de Madrid.
“Si podemos prevenir y tratar la hipertensión de manera que se reduzca la posibilidad de padecer demencia, posiblemente disminuya también el número de casos de enfermedad de Alzheimer. La ausencia de tratamientos curativos para estas patologías justifica aún más la necesidad de llevar a cabo una prevención efectiva”, subraya el doctor Hernández.
TODOS LOS DÍAS DEL RESTO DE TU VIDA.
Por otra parte, la doctora Martell manifiesta que si la hipertensión se descubre a tiempo, un buen tratamiento y un buen control evitarán la aparición de las complicaciones que de ella se derivan.
Si la hipertensión ya ha sido diagnosticada, tenerla bajo control pasa por tomarse los medicamentos. El principal problema es que se trata de una medicación crónica, de modo que, “una vez que el médico ha decidido que necesitas fármacos, tienes que tomarlos todos los días del resto de tu vida”, declara Martell.
Esto, según explica la especialista, dificulta la adherencia al tratamiento. Tanto, que aproximadamente el 40% de los pacientes dejan de tomar la medicación al cabo de un año.
Pero, además de poder tratarse, la hipertensión se puede prevenir.
Para la mayoría de las personas, reducir el riesgo de sufrir hipertensión pasa, en palabras de la doctora Martell, “por no tener sobrepeso ni obesidad, no fumar, comer de forma variada, pero en pequeñas cantidades, y hacer ejercicio o, al menos, evitar el sedentarismo”.
“No hace falta ir al gimnasio todos los días, con tener una vida activa y andar media hora diaria es suficiente”, comenta la experta.
“Esto es así porque, aproximadamente, el 70% de la población tiene una hipertensión muy dependiente de sus hábitos de vida”, recalca.
Del mismo modo, la OMS sostiene que las probabilidades de padecer hipertensión en la edad madura serán menores si se siguen estos puntos:.
— Disminución de la ingesta de sal.
— Seguimiento de una dieta equilibrada.
— Evitar el consumo excesivo de alcohol.
— Practicar ejercicio con regularidad.
— Mantener un peso saludable.
— Evitar absolutamente el tabaco.
Por Purificación León.
EFE-REPORTAJES.