Rodrigo Díaz M.
Según nuevos datos, la demanda de electricidad en Ontario descendió el año pasado a niveles raramente vistos en décadas debido a los cambios en los patrones de uso causados por las restricciones de salud contra la pandemia.
Se ha producido un cambio muy marcado en cuanto a quién utiliza la energía. Los usuarios residenciales están usando más electricidad, pero consumidores comerciales están usando menos.
Desde que la declaración de la pandemia del COVID-19 hace más de un año provocó que el gobierno emitiera órdenes de permanencia en los hogares, el cierre de negocios y restaurantes y la cancelación de actividad culturales públicas como conciertos, festivales y convenciones.
El distanciamiento social y las restricciones cada vez más estrictas persistieron y mantuvieron a mucha gente en casa mientras el verano se afianzaba y se transformaba en otoño.
Datos oficiales muestran que la demanda máxima de electricidad aumentó durante el caluroso verano hasta los 24.446 megavatios, la más alta desde 2013. En general, sin embargo, la demanda de electricidad de Ontario el año pasado fue la segunda más baja desde 1988.
En total, Ontario utilizó 132,2 teravatios-hora de energía en 2020, un descenso del 2,9% respecto a 2019.
Con más personas en casa durante los cierres provinciales, la demanda máxima residencial en Ontario subió un 13% por encima de los niveles vistos antes de la pandemia, mientras que el uso máximo durante el verano aumentó un 19%.
Los patrones de vida han influido durante mucho tiempo en el uso general. Por ejemplo, la demanda solía aumentar alrededor de las 10 PM cuando la gente sintonizaba los noticiarios de la televisión nacional. La retransmisión en directo ha atenuado esa subida, mientras que el aumento de la eficiencia energética de la iluminación ha provocado un descenso de la demanda provincial durante las vacaciones.
El clima siempre ha sido un factor clave en la demanda de energía, por ejemplo, el récord de 27.005 megavatios de uso establecido el 1 de agosto de 2006, que fue muycaluroso. Del mismo modo, un invierno y un verano suaves provocaron un descenso general del consumo de energía en 2017.
Aun así, los profundos cambios sociales provocados por la pandemia del COVID-19 han complicado la previsión de la demanda. Los patrones de trabajo solían ser mucho más predecibles, pero la pandemia ha añadido ahora otro elemento de variabilidad para la previsión de la demanda de electricidad.
Algunos empleados enviados a casa para trabajar han regresado a sus oficinas y otros lugares de trabajo, y es probable que muchos otros lo hagan una vez que el proceso de vacunación esté más avanzado. Sin embargo, algunas grandes empresas han indicado que el trabajo desde casa será recomendado a largo plazo.